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INVASIÓN EN PANAMÁ

Retenido unas horas el embajador de Cuba en Panamá

Antonio Caño

ANTONIO CAÑO ENVIADO ESPECIAL, El patrullaje de las tropas norteamericanas por las calles de la capital panameña dio lugar ayer a un incidente con representantes diplomáticos cubanos. Los soldados de Estados Unidos retuvieron durante unas horas al primer secretario de la Embajada de Cuba, Alberto Gibrera, porque, según la versión oficial norteamericana, carecía de documentación. Cabrera, según la misma fuente, fue interceptado en la tarde de ayer por los soldados a la puerta del embajador cubano, Lozano Mora, el cual decidió acompañar a su subordinado para auxiliarle y facilitar las labores de identificación. Los dos diplomáticos fueron puestos en libertad poco después. El Gobierno cubano formuló una enérgica protesta y pidió explicaciones al de EE UU.

El caso provocó durante algún tiempo cierta inquietud ya que la esposa del embajador, que presenció el momento en que su marido y el primer secretario subían a un vehículo militar norteamericano, llamó alarmada a varias representaciones diplomáticas extranjeras para pedir su intervención,Durante la jornada de ayer, por su parte, Estados Unidos ha recurrido a a presión psicológica para agotar la resistencia de Manuel Antonio Noriega y obligarle a entregarse. Decididas a no dejar escapar al antiguo hombre fuerte panameño, las tropas norteamericanas utilizan para su captura una combinación de rnúsica rock a todo volumen y un despliegue militar impresionante en torno a la nunciatura, donde el general permanece refugiado desde el pasado día 24.

Petición de asilo en España

Dos de los militares que acompañan a Noriega en la nunciatura, el capitán Eliecer Gaitán y el coronel Nivaldo Madriñán, dos de sus más próximos colaboradores, han sondeado la eventualidad de pedir asilo político en España, aunque las posibilidades de que fructifique son remotas, ya que EE UU no permite la salida del edificio diplomático. La cercanía de ambos militares a Noriega los convierte, probablemente, en piezas claves en la investigación contra el general panameño por narcotráfico.

[Las eventuales peticiones de asilo "se estudiarán caso por caso, con el máximo espíritu de solidaridad y cumpliendo la legislación española en vigor", declaró ayer el ministro de Asuntos Exteriores español, Francisco Fernández Ordóñez].

El capitán Galtán era el jefe de la seguridad personal de Noriega y fue el encargado de negociar el asilo del general en la Nunciatura, adonde el propio Galtán había llegado el día 22. Según fuentes de la Nunciatura, el capitán Galtán fue a recoger a Noriega a su escondite y le acompañó en el coche que le trasladó hasta su actual refugio.

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Galtán y Madriñán son los dos únicos colaboradores de Noriega refugiados junto a éI que quedan en el interior de la Nunciatura. Otros civiles y militares que estuvieron bajo protección del nuncio en los últimos días se han ido entregando paulatinarnente a las tropas norteamericanas.

Frente a uno de los laterales del edificio de la sede apostólica los soldados norteamericanos han colocado dos altavoces de gran potencia desde los que se transmite durante todo el día y al máximo volumen la programación de la radio del Comando Sur. La mayor parte del tiempo se escucha música rock de atualidad; a veces canciones de estilo heavy que hacen tronar los oídos.

Los altavoces, por los que también se pueden oir las noticias sobre la dramática situación en que se encuentra Noriega y sobre el respaldo de la población panameña a la invasión norteamericana, sirven, según los propios norteamericanos, para que nadie pueda grabar desde lejos las conversaciones que los generales estadounidenses que se acercan a la sede diplomática del Vaticano sostienen con el nuncio, el español Sebastián Laboa.

Pero, sobre todo, contribuyen a destrozar el sistema nervioso de Noriega, hombre de compleja sicología. El rock diurno es sustituido en las noches por el. continuo sobrevuelo a baja altura de helicópteros y aviones sobre la sede de la Nunciatura. Los accesos al edificio han sido interceptados por cuatro tanques con cañones de 105 milímetros y otras tantas tanquetas ligeras con ametralladoras.

Todo puede seguir así por mucho tiempo. Si no se encuentra una salida diplomática válida para todos, quien podría perder los nervios no es Noriega sino los soldados norteamericanos, que, por momentos, parecen listos para irrumpir en la Nunciatura en busca del deseado general.

Autorización de Laboa

Según publicaba ayer el diario estadounidense Los Angeles Times, el nuncio Laboa firmó el pasado día 26, dos días después de la llegada de Noriega a su residencia, un memorándum en el que daba permiso a las tropas norteamericanas a intervenir si una o varias personas de la Nunciatura era secuestrada por una o por más personas de Noriega.

La existencia del documento fue confirmada por varios funcionarios de la Administración de George Bush. El texto firmado por Laboa señala: "En el caso de que el que suscribe [el nuncio Laboa] o algún otro miembro del personal de esta embajada sea tomado como rehén por alguna persona o grupo de personas yo autorizo a Estados Unidos a adoptar todas las acciones necesarias para su liberación", informa desde Washington Albert Montagut.

[Sebastián Laboa declaró ayer a Efe que es falsa la información de que ha sido registrado por los soldados estadounidenses que rodean la Nunciatura. "Debe ser otro", dijo Laboa, al comentar una fotografía distribuida por una agencia internacional en la que se indica que es el nuncio el hombre cacheado por las tropas frente a la nunciatura, en Panamá].

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