El nuevo poder rumano se distancia del comunismo

El nuevo Gobierno de Rumania anunció ayer la creación de tribunales militares extraordinarios que juzgarán sumariamente a todos aquellos que a partir de hoy conserven ilegalmente armas en su poder. "Quien sea detenido con tales armas será condenado a muerte y fusilado inmediatamente". Este ultimátum tuvo ayer sus primeros efectos, según Radio Bucarest, en que un número indeterminado de miembro de la policía política del dictador Nicolae Ceascescu, la temida Securitate, autora de las matanzas de días pasados, se entregó al Ejército. El Gobierno anunció ayer nuevas leyes para garantizar la libertad de movimiento pleno, de expresión, de huelga y de manifestación, creación de sindicatos y partidos.

El nuevo Gobierno decretó, asimismo, la separación efectiva de los poderes del Estado y del partido y una nueva ley electoral está siendo elaborada de cara a los primeros comicios libres en abril del próximo año. El Gobierno provisional fue ampliado ayer con el nombramiento de Sergiu Celac como ministro de Asuntos Exteriores.Hoy, el principal diario de Rumanía, Avemerul (La Verdad), con la Redacción rodeada por carros de combate y milicianos armados, comienza a publicar el libro Horizontes rojos del ex jefe de los servicios secretos rumanos, Ion Pacepa, huido a Estados Unidos en 1978, que revela aspectos íntimos del nepotismo y despotismo de los Ceacescu y su colaboración con el terrorismo internacional. La posesión de este libro por un rumano le habría costado la vida hace tan sólo 10 días.

Tribunales extraordinarios

"Pese a la condena y ejecución de los dictadores Nicolae y Elena Ceacescu, la continuación de actos terroristas por parte de elementos aislados, que cuestan vidas humanas y daños materiales, el consejo del Frente de Salvación Nacional decreta en la capital y todos los distritos judiciales la instauración de tribunales militares extraordinarios para juzgar a todos los convictos de actos terroristas". El comunicado oficial continúa: "Se juzgarán por procedimento de urgencia y ejecutarán las sentencias de forma inmediata. Los elementos terroristas están llamados a entregar las armas el 28 de diciembre a las 16.00 horas. En caso contrario serán juzgados y condenados por procedimiento de urgencia en dichos tribunales".

Por otra parte, aumentan los temores de una infiltración del movimiento revolucionario por agentes del depuesto régimen. Hay signos de que la indignación de muchos rumanos por la súbita conversión de destacados miembros del régimen a la causa de la transición democrática está siendo azuzada por provocadores que intentan crear situaciones de desestabilización en el proceso democrático y en el seno del Gobierno de consenso nacional.

Una ruptura en el consenso entre el pueblo y el Ejército en un momento revolucionario como el que vive Rumanía, dijo ayer el nuevo portavoz del mencionado consejo y secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Corneliu Bogdan, podría tener consecuencias muy graves. Bogdan llamó encarecidamente a la población para que no inicie "unan caza de brujas. No se puede perseguir a la gente por no ser héroes y no haberse levantado", señaló a modo de garantía para millones de colaboradores, más o menos voluntarios, con el régimen derrocado. "Se perseguirá sólo a los criminales", añadió.

"Hay que evitar a toda costa la infiltración en el movimiento democrático y crear las garantías para que la tragedia del pueblo rumano no se repita", manifestó ayer a EL PAÍS Corneliu Manescu, ministro de Asuntos Exteriores rumano entre 1961 y 1972 y una de las grandes conciencias del país que no ha cesado de denunciar la brutalidad del régimen pese a las continuas represalias a que fue sometido a sus 73 años y que le impidió viajar a Hungría para seguir un tratamiento médico. "Rumanía se ha hundido por la política de una persona odiosa. Tenemos que reestablecer relaciones y dialogar con todos. Tenemos confianza en que pronto habrá relaciones entre Rumanía y el resto de las naciones civilizadas", manifestó Manescu.

Ayer, Mijaíl Gorbachov habló telefonicamente con el nuevo presidente Ion lliescu, a quien expresó su apoyo, y éste agradeció "el sostén" de la URSS a la revolución rumana.

Con la instauración de los tribunales militares extraordinarios el Frente de Salvación Nacional, constituido en Rumania tras la caída del dictador, lanza un ultimátum contra los miembros de la Securitate que persisten en sus ataques terroristas contra las nuevas autoridades y su proyecto de transición democrática.

"La prioridad del nuevo Gobierno es terminar con el terrorismo, con esos focos que combaten nuestra labor", manifestó ayer Bogdan, quien compareció en la primera conferencia de prensa que ofrece el Frente de Salvación, mientras se registraban ataques de francotiradores un poco por todas partes dispuestos a rechazar a tiros la nueva dirección del país después de la caída y ejecución de los dictadores Nicoale y Elena Ceacescu.

La ciudad de Sibiu, a 200 kilómetros al noroeste de Bucarest, fue escenario en la madrugada de ayer de fuertes combates. En Bucarest sólo se produjeron intermitentes tiroteos en algunos barrios, especialmente el diplomático. Varios cientos de miembros de la Securitate se refugiaban en bunkers, pasadizos y cámaras secretas construidas en el subsuelo de la capital y máximo secreto durante los últimos 20 años. Se dice que en tales sitios hay armas y municiones como para hostigar durante meses a las nueva autoridades, aunque éstas mantengan una superioridad armada al tener al Ejército de su parte.

Las informaciones sobre la situación en diversas partes del país son contradictorias. Mientras en Bucarest los incidentes se limitan a escarceos entre unidades del Ejército que intentan desalojar los nidos de francotiradores, el aeropuerto Otopeni de la capital volvió a cerrarse ayer pocas horas después de haber sido abierto. El primer ministro rumano, Petre Roman, asumió en nombre del Consejo del Frente de Salvación Nacional el proceso y ejecución posterior del matrimonio Ceacescu.

En el vídeo en el que Ceacescu rechaza al tribunal que le juzgó existe un pasaje extremadamente sorprendente cuando un miembro de ese mismo tribunal le dice a Ceacescu que "el rey Miguel fue más digno que usted cuando abdicó" y que Ceacescu no podía hablar de legitimidad porque "en 1947 vosotros tomastéis el poder sin legitimidad alguna".