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INVASIÓN EN PANAMÁ

EE UU considera un éxito su intervención militar

Estados Unidos considera que su intervención militar en Panamá ha constituido un éxito, a pesar de que sus fuerzas han sido incapaces hasta el momento de cumplir uno de los objetivos principales de la invasión: la captura del general Manuel Antonio Noriega, cuyo paradero desconoce Washington. Entre tanto, tropas de elite del Ejército norteamericano y destacamentos de Ia policía militar iniciaron ayer una barrida de las calles de la capital panameña con el fin de terminar con los focos de resistencia por parte de los miembros de los llamados Batallones de la Dignidad, leales a Noriega.

A medida que pasan las horas aumentan las cifras de víctimas registradas en la operación militar. Según datos del Pentágono facilitadlos ayer, el número de muertos había ascendido a 18 de los nueve anunciados en un primer momento, y el de heridos, a 117. Peco después reveló, por primera vez, el número de víctimas civiles panameñas, que estimó en 59 muertos, 66 heridos y 1.500 prisioneros.En una breve rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca, el presidente George Bush anunció que la operación militar norteamericana en Panamá no había terminado todavía, "pero su conclusión no está muy lejos". Sin embargo, en respuesta a una pregunta, el presidente dijo que sus tropas continuarían la búsqueda de Noriega "t.odo el tiempo que fuera necesarlo".

El presidente reconoció estar "algo frustrado" por no haber podido detener al hombre fuerte panameño. "La mala noticia es que todavía, no le hemos capturado. La buena, que ya no detentan el poder", añadió. Bush dijo que la razón que le había impulsado a utilizar una fuerza masiva en la intervención se debía a su deseo de "minimizar las víctimas civiles". "Nos decidimos por una operación nocturna precisamente para reducir al máximo el número de víctimas civiles, que hubiera sido mayor caso de haberse producido la intervención a la luz del día", añadió.

Horas antes el secretario de Defensa, Richard Cheney, había reiterado, en declaraciones a la cadena de televisión CNN, la versión oficial compartida por el presidente Bush y sus principales colaboradores en el sentido de que la intervención había constituido un éxito, porque se había conseguido "decapitar" a la cúpula del Gobierno panameño, aunque no se hubiera conseguido la captura de Noriega.

"Las tropas han realizado un magnífico trabajo" dijo Cheney, quien reiteró que las fuerzas estadounidenses en número de 24.000 permanecerían en Panamá "hasta que se hayan cumplido los objetivos de la intervención, incluida la detención de Noriega". Cheney añadió que, aunque Estados Unidos esperaba retirar pronto a sus fuerzas de Panamá, la tarea de cumplir los objetivos que se habían marcado podría retrasar la retirada "durante algunas semanas".

Resistencia eliminada

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El Pentágono consideraba ayer que la resistencia militar organizada por parte de las fuerzas de defensa panameñas había quedado totalmente eliminada y que los focos de resistencia procedían únicamente de los Batallones de la Dignidad. Sin embargo, algunas fuentes en Washington expresaron su preocupación por informaciones no confirmadas que indicaban la posibilidad de que las fuerzas leales a Noriega recibieran refuerzos.

Las andanzas de Noriega se guían constituyendo ayer un misterio para Washington. El jefe del Estado Mayor Conjunto, general Colin Powell, declaró que aunque los servicios de inteligencia militar se habían pasado toda la noche del miércoles comprobando informaciones, no se había podido establecer dónde se encontraba escondido Noriega

Algunos diplomáticos norteamericanos en Panamá afirmaron que el general se encontraba refugiado en una embajada extranjera, citando las representaciones de Cuba y Nicaragua como posibilidad, pero nadie ha podido confirmar las informaciones.

En un intento de establecer el paradero de Noriega, la Casa Blanca ofreció ayer una recompensa de un millón de dólares (unos 115 millones de pesetas) a cualquier persona que ofreciera información conducente a la captura del hombre fuerte panameño. La Casa Blanca también estaba dispuesta a pagar 150 dólares (unas 18.000 pesetas) por cualquier arma precedente de las fuerzas de defensa panameñas.

Cheney descartó la posibilidad de que Noriega se hubiera dirigido a, la jungla para emprender una guerra de guerrillas contra las fuerzas norteamericanas. "Le gusta demasiado la vida de lujo y en iel pasado no se ha distnguido precisamente como un guerrillero", dijo Cheney.

Por su parte, el portavoz presidencial, Martin Fitzwater, manifestó que durante la noche las fuerzas norteamericanas habían conseguido tres objetivos que calificó como importantes: la toma del edificio de la Asamblea Nacional panameña, la del Hotel Marriot, donde tropas panameñas habían intentado tomar rehenes norteamericanos el día anterior y la de la Radio Nacional, última emisora leal a Nortega desde donde el general había conseguido enviar un mensaje de aliento a la población de un minuto de duración en la noche del miércoles. La emisora fue volada.

Fitzwater confirmó que los batallones de la dignidad habían conseguido tomar varios rehenes norteamericanos en varios puntos de la capital panameña, pero que la situación en este punto era confusa. En Washington, un portavoz de la Smithisonian Institution manifestó que 11 de sus investigadores habían sido capturados por los panameños y que por el momento se desconocía su paradero. Entre los rehenes, parece que se encuentran el director del Hotel Marriot y, un periodista de la cadena de televisión CBS.

Apoyo popular

La Casa Blanca quería dar ayer una impresión de normalidad total. Fitzwater reiteró en su encuentro diario con los periodistas que los planes de viaje navideños de Bush no variarían a pesar de la operación militar y que el presidente tenía intención de trasladarse hoy con su familia a la residencia presidencial de Camp David, en Maryland, donde permanecería hasta el día 27 en que se desplazaría a Tejas para pasar el resto de sus vacaciones.

Entretanto, todas las encuestas encargadas por los diversos medios de comunicación muestran un apoyo abrumador de la población a la acción. emprendida por su presidente. El apoyo oscila entre el 80% en un muestreo realizado por la ABC y el 91% en otro encargado por la CNN. Significativamente, la mayoría de los encuestados cree, sin embargo, que la operación puede considerarse como un fracaso si no se consigue la captura del general Noriega.

Igual apoyo a Bush se encuentra entre los miembros del Congreso de los dos partidos con un mayor entusiasmo natural por parte de los republícanos.

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