Contradictorio balance de los 10 años de vigencia del Estatut

El Parlamento catalán celebró ayer una sesión solemne dedicada a conmemorar el décimo aniversario de la aprobación del Estatuto de Autonomía, que fue sometido a referéndum el 25 de octubre de 1979. Los grupos parlamentarios coincidieron en realizar un balance contradictorio, en el que las felicitaciones por haber alcanzado una década de autogobierno estuvieron acompañadas de críticas a la aplicación del Estatuto realizada por los gobiernos de la Generalitat y, excepto en el caso de los socialistas, a la política autonómica de los sucesivos Gobiernos centrales.

Pujol, se ratificó en el diagnóstico de la realidad autonómica catalana que formuló ya en 1987: la autonomía está sometida a una constante erosión a causa de la actuación del Gobierno central y, pese a ello, el país avanza. La última década es el rrilis largo período de autogobierno que ha vivido Cataluña durante siglos.

Ante este balance, el objetivo de Pujol y su Gobierno, que ayer ratificó, es conseguir que el Gobierno central aplique el Estatuto catalán con la interpretación clue del mismo hacían sus autores en 1979.

Tanto Pujol como el portavoz de Convergència i Unió (CiU), Antoni Subirà, insistieron en que, pese a las dificultades surgidas a lo largo de esta década, el Estatuto sigue siendo un instrumento válido para el autogobierno. Subirá sostuvo que la lógica, más elemental desaconseja iniciar ahora la revisión del Estatuto puesto que, en última instancia, debería ser negociada con quienes lo restringen.

Callejón sin salida

El líder del principal grupo de la oposición, el socialista Raimon Obiols, acusó a Pujol y CiU de haber llevado la política catalana a un callejón sin salida y les atribuyó la responsabilidad de haber dilapidado el prestigio político acumulado por el catalanismo durante los años 70 ante las fuerzas democráticas del resto de España.

Obiols sostuvo que la acción de gobierno de Pujol ha provocado "una crisis catalana" de orientación política. El país se debate, dijo, entre el malestar de fondo provocado por la difusión desde el propio Gobierno catalán de lo que calificó como cultura de la queja y la evidencia de que, en muchos aspectos, Cataluña vive un buen rnomento.

El líder socialista insistió en que la prirriera condición para dar un nuevo paso en el desarrollo autonómico es el acuerdo previo entre los partidos catalanes 31, luego, con el Gobierno. Para ello es preciso además, advirtió, contar con los aliados indicados. Para que no quedaran dudas sobre el tipo de política que proponía, Obiols expuso el ejemplo, de los nacionalistas vascos, de los que dijo que han sabido entender cuál es el camino fructífero.