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Lula alcanza a Collor en la carrera hacia la presidencia de Brasil

Brasil puede vivir la sorpresa del siglo en la segunda vuelta de la elecciones presidenciales, el domingo. El candidato del Partido de los Trabajadores, Lula da Silva, está empatado con el político que encabezó todo el año las encuestas, Collor de Melo. Los últimos datos atribuyen a Collor el 46%, de los votos, frente a un 42% para Lula. Considerando un margen de error del 3%, ambos están empatados. Hay sólo un 6% de indecisos, y poco menos, del 4% piensan anular su voto.

Lula era hace 10 años todavía un obrero empleado en una industría metalúrgica, en las cercanías de Sáo Paulo. Desde hace menos de un mes, cuando por lo menos ocho candidatos se disputaban el derecho a pasar a la segunda vuelta, nadie le atribuia a Lula muchas posibilidades frente a Collor, que tiene buena presencia en la pantalla y el apoyo de grupos económicos importantes.Lula intensificó su táctica electoral de realizar grandes mítines de masas, ayudado por una militancia fanática y dispuesta a no permitir que su adversario salga a la calle. Contando con la simpatía de artistas e intelectuales, Lula renunció a repetir lemas políticos en el final de campaña. La muchedumbre entusiasmada no cesa de cantar "Olé, olá, Lula la, Lula la".

El estado mayor de la campaña de Collor da señales indiscutibles de nerviosismo y temor frente a una posible derrota. Vencedor, con el 26% de los votos, en la primera vuella, Collor decidió abandonar la campaña en la calle y busca una salida en su horario gratuito de propaganda política en la radio y en, la televisión.

"No pasarán", dice Collor, refiriéndose a Lula y a su partido, que tiene fortísima base sindical. 'Los que quieren perturbar la paz, aterrorizar a la familia brasileña e instaurar el sistema que ha fracasado en Europa oriental no lo conseguirán, porque yo seré el presiderte", dijo Collor.

Fue la real amenaza de Lula lo que hizo a Collor adoptar en las últimas horas un discurso claramente anticornunista, Hasta su tranquila victoria en noviembre, Collor prefería tonos sociales demócratas. Pero algunas de sus propuestas, como la suspensión del pago de la deuda externa, son idénticas a las de Lula.

Por su parte, Lula, que obtuvo el 16% en noviembre, es víctima de su propio radicalismo. Su partido propone una reforma agraria que significaría la expropiación de tierras productivas. Su objetivo declarado es llevar a Brasil hacia el socialismo, con la defensa de las grandes y deficitarias empresas nacionales brasileñas y la creación de "instancias de control social" sobre instituciones como el Parlamento y la Prensa. "Pero hasta lo innegociable puede ser negociado", dijo Lula la semana pasada, cuando los candidatos derrotados de izquierda, el socialdemócrata Mario Covas y el populista de viejo estilo Leonel Brizola, consideraban si deberían prestarle su apoyo o no al candidato del Partido de los Trabajadores en la segunda vuelta.

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Lo que ha provocado fuertes temblores en los posibles aliados y ya en los mercados financiero es el hecho de que Lula es esencialmente anticapitalista, y considera la ola neoliberal un artificio de las clases dominantes para preservar sus privilegios. En este sentido, Lula tiene el apoyo de gran parte de la Iglesia brasileña

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