Oriente y Occidente
Hace exactamente 10 años el mítico violinista Isaac Stern realizó una gira por China, como invitado oficial del ministro de Asuntos Exteriores, para intercambiar experiencias sobre la enseñanza y el nivel de calidad interpretativa de la música occidental en el país oriental. El viaje se plasmó en una interesante película, De Mao a Mozart, exhibida en España en 1983 y anteriormente reconocida en América con el Oscar 1981 al mejor documental. La obsesión de Stern, en el citado filme era conseguir que los estudiantes y profesores chinos sobrepasaran la reproducción exacta y mecánica de las partituras y lograran dar un sentimiento, una emoción a sus versiones.Diez años antes, en 1969, había nacido el Cuarteto de Tokio. Escuchándoles interpretar a Mozart o a Schubert, las fronteras, las distancias, se destruyen. Se suponía que en la lectura de las obras musicales los integrantes del cuarteto iban a ser un mecanismo de relojería. Pero también. supieron extraer ese algo más de las notas, infundir fantasía a la perfección. Nunca Japón ha estado tan cerca de Centroeuropa.
Cuarteto de Tokio
Obras de Mozart, Schubert y Beethoven. Ciclo de Cámara y Polifonía. Auditorio Nacional. 5 de diciembre.
Era su primera actuación en. Madrid. Esta vez los "que veinte años no es nada" del tango se convierten en un lamento de rabia. Su Cuarteto número 8 en mi menor, opus 59, de Beethoven, fue de antología. Frasco cálido, diferenciación de voces, precisión en los ataques, equilibrio en la polifonía, acierto en el clima, fuerza expresiva, delicadeza sonora, pasión medida. Veinte años de ausencia son muchos.
Tres japoneses y un armenio-canadiense forman la plantilla actual del grupo. Como los aplausos (y bravos) del público echaban humo, obsequiaron con el allegretto-pizzicato del Cuarteto número 4 de Bela Bartok y elfinal del Cuarteto opus 74, número 3, de Haydn, ambos deslumbrantes en. estilo, reproducción, energía y matices.
Fueron tan exactos y precisos, que hasta en algún instante podían parecer fríos. Su paso por Madrid ha dejado una estela de admiración. Son, por así decirlo, la imagen, moderna y -eterna- del lujo asiático.
Babelia
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