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Reportaje:

"No se expenden preservativos"

Algunas farmacias se niegan a vender condones por convicciones morales

Milagros Pérez Oliva

Comprar preservativos es para ciertas personas una situación azarosa. Todavía perduran muchos tabúes sexuales. Pero el cliente que el sábado por la noche fue a la farmacia de Juan Gastó, en la calle de San Quíntín, esquina con Industria, de Barcelona, no tenía precisamente ese problema. De modo que los pidió con toda la naturalidad de un gesto completamente rutinario "Lo siento, aquí no dispensamos preservativos". La respuesta le dejó pasmado. Le costó un poco aclarar la situación: no es que no tuvieran en ese momento, que se hubieran agotado; es que la farmacia no vendía preservativos. Por razones morales. Una especie de objeción de conciencia contra el sexo.

"Efectivamente, no tenemos preservativos. No los tenemos nunca porque no queremos venderlos. Del mismo modo que algunos no hacen la mili por objeción de conciencia, nosotros no vendemos preservativos", aclaró ayer la hija del titular de la farmacia. "No tenemos ninguna obligación de tenerlos", añadió e inmediatamente cortó cualquier posibilidad de conocer qué otros productos figuran en la lista de los proscritos de este establecimiento.No es el único. Algunas farmacias más de Barcelona se niegan a vender condones como venden aspirinas o antibióticos. La mayoría de ellas, simplemente por no colaborar en la trasgresión del designio divino del sexo procreativo o por no facilitar la vida licenciosa, aunque sea de forma tan indirecta como proporcionar, previo pago, el artilugio con el que cometer pecado. Aunque también está el caso de una farmacéutica de Barcelona que no vende preservativos por evitarse la apurada situación de que un caballero se los pida y tener que dárselos. Ni la protectora barrera del mostrador ni la inmaculada profesionalidad que confiere la bata blanca son capaces de evitarle el sofoco a la dueña de la farmacia, de modo que ha optado por la vía expeditiva, con lo cual, lo único que ha conseguido es hacer algo más corto el mal trago y apurarlo rápidamente con un "lo siento, no tengo", cada vez que, indefectiblemente, algún cliente se los pide.

Ley en mano, los farmacéuticos no tienen ninguna obligación de vender condones, según el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona. "La farmacia no tiene más obligación que la de facilitar lo que se le pida en una receta médica", aclara el secretario de la entidad colegial, Ramón Magrinyà. Él no da demasiada importancia al hecho de que algunos farmacéuticos se nieguen a expender preservativos: "Pero si el cliente lo pide con una receta médica, su obligación es facilitárselo, aunque en ese momento no lo tenga puede encargarlo para otro día a no ser que haya una urgencia, en cuyo caso siempre puede ir a la farmacia de al lado. Pero en este producto, es difícil justificar una urgencia".

No es frecuente que los preservativos se adquieran con receta médica. Un especialista en enfermedades venéreas de Barcelona extiende una receta de preservativos cada vez que tiene la intuición de que el paciente, por incultura o por pura marginación, no va a cumplir sus recomendaciones. "Lo suyo del pene es muy grave y no puede hacer usted el amor sin ponerse estos capuchones que le venderán en la farmacia. Ha de comprarlos usted en la farmacia, ¿lo entiende?. El capuchón y las inyecciones".

"Yo recuerdo haber expendido preservativos con receta en el caso de un señor que debía conservar el semen para ser analizado en laboratorio. Pero es un caso muy excepcional", afirma Ramón Magrinyà. Reconoce, sin embargo, que la situación tiene su enjundia: si hay receta, vale, porque decide el médico, y si no hay receta, quien decide es el farmacéutico. El cliente no pinta nada. Su hipotética libertad como potencial usuario de un condón no pasa de ser un derecho expectante.

"No tenemos cifras de cuántas farmacias se niegan a vender condones, pero desde luego son pocas", declaró Joan Serra, del servicio de Farmacia del Departamento de Sanidad de la Generalitat. Al contrario, para la mayoría de las farmacias, el preservativo es un excelente producto porque deja un beneficio neto de hasta el 50% de su precio de venta al público. De hecho, las ventas han aumentado en los últimos años. El preservativo es un método anticonceptivo en auge porque es el único que garantiza un sexo seguro, lo cual, en tiempos del SIDA, es algo muy valorado.

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