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TRIBUNALES

Los testigos niegan que el periodista Amilibia fuera provocado por su víctima

Testigos presenciales que declararon ayer en el juicio seguido contra el periodista Jesús Amilibia por la muerte de una persona a raiz de una discusión de tráfico en octubre de 1988 contradijeron la versión de éste, según la cual, la víctima le provocó y le insultó. Los tres primeros testigos, entre ellos la esposa del fallecido, destacaron que fueron Amilibia y su compañera los que insultaron a la víctima cuando éste les recriminó su comportamiento.

El fiscal solicita para el periodista 20 años de cárcel por homicidio con abuso de superioridad y tenencia ilícita de armas. La acusación particular pide 27 años de reclusión, por asesinato, y la defensa considera que los hechos como imprudencia temeraria con las atenuantes de legítima defensa y trastorno mental transitorio, por lo que pide un año y seis meses.Los hechos ocurrieron el 28 de octubre de 1988 cuando el coche de Amilibia, conducido por su compañera Ketty Kauffman, salió de la calle Farmacia a la de Fuencarral. La maniobra obligó al turismo ocupado por José Fernández Villanueva, de 33 años, camarero de Mercamadrid, su esposa e hijo a frenar bruscamente, lo que originó que una moto que seguía al vehículo le alcanzase por detrás y colisionase.

Fernández se bajó del coche a comprobar los daños y se entabló una discusión que concluyó con el disparo que costó la vida al camarero. Amilibia, con actitud displicente, explicó su versión. "Tras una maniobra más o menos forzada", dijo, "el ocupante del otro coche se bajó muy histérico y me dijo ¡Vaya, ya salió el chulo de la moza!. Me empujó y como yo llevaba una mariconera me preguntó: ¿Qué llevas ahí?. Un revólver, dije. No tienes cojones para disparar. Entonces me pegó una bofetada. Saqué el arma para intimidarle, y me volvió a empujar y pegar y yo disparé al suelo. Le dije a mi mujer que nos fuéramos, y ella le dijo que debía ir al psiquiatra y entonces él le agarró del cuello y apretó. Entonces yo disparé al bulto". Preguntado si tras el primer disparo, la víctima le persiguió o se lanzó contra él, Amilibia respondió: "No, ni me lanzó granadas de mano".

Sin embargo, los testigos, un matrimonio que cruzaba la calle con su hijo, declararon que fueron la mujer de Amilibia primero y luego éste quienes insultaron al fallecido y que fue el periodista el que intentó dar un primer puñetazo al camarero.

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