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HACIA UNA NUEVA EUROPA

El Kremlin y la Iglesia católica establecerán relaciones diplomáticas

Juan Arias

Juan Pablo II visitará la Unión Soviética una vez que el Vaticano y el Kremlin establezcan relaciones diplomáticas. Así lo anunció en la mañana de ayer Mijaíl Gorbachov, un cristiano ortodoxo por bautismo y ateo por propia confesión, durante su histórico encuentro con el Papa polaco. El Vaticano calificó la entrevista de "abierta y cordial". Karol Wojtyla ofreció todo el apoyo de la Iglesia católica para que la perestroika soviética culmine con éxito. Gorbachov llegó a su cita con el líder de los católicos con 20 minutos de retraso, y la visita fue considerada por la Santa Sede como "oficial, pero no de Estado", al no existir aún relaciones diplomáticas.

El Papa quiso hacer con el presidente de la URSS una excepción que no ha hecho con ningún otro jefe de Estado, excepto con su amigo el anciano ex presidente de Italia Sandro Pertini: recibirle en la sala del trono . El histórico y prolongado apretón de manos entre el inventor de la perestroika y el carismático Papa se produjo a las 11.02, entre ostentosas sonrisas de ambos, que parecían conocerse de toda la vida. Las imágenes fueron retransmitidas en directo a 50 países, entre los que no figuraba España. Gorbachov llegó anoche a Malta para entrevistarse hoy con el presidente de EE UU, George Bush.

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La reconciliación del Vaticano y el Kremlin se produjo mientras los nuevos dirigentes comunistas de Checoslovaquia repudiaban la invasión soviética de su país en agosto de 1968, de la que el mismo Gorbachov dijo ayer que no fue apropiada".

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El Papa bendice la 'perestroika' de Gorbachov

Viene de la primera páginaTras haber recordado que ya se conocían "por carta", el Papa, casi tornando por el brazo a Gorbachov, le acompañó hasta su biblioteca. particular, donde conversaron en ruso a solas durante cinco minutos, y después durante otros 75 con la ayuda de intérpretes.

La esposa de Gorbachov, Raisa, mucho más contenida ante el Papa en gestos y expresiones que su marido y que rompió el protocolo vaticano al presentarse con un vestido rojo cereza con la cabeza descubierta, y no de negro, como es preceptivo, estuvo visitando parte de los Museos Vaticanos, pero no la Capilla Sixtina. Raisa, como ya había ocurrido durante su visita al Quirinal, volvió locos a preguntas a los restauradores vaticanos que la acompañaban. Discutió con ellos, y en alguna ocasión, por ejemplo, conversando sobre los iconos, se permitió enmendarles la plana.

Juan Pablo II le dijo al líder soviético lo que tanto deseaba escuchar: "La Santa Sede sigue con gran interés el proceso de renovación por usted emprendido en la URSS, le desea éxito y está dispuesta a favorecer cualquier iniciativa que sirva para proteger y armonizar mejor los derechos y los deberes de las personas y de los pueblos en orden a salvaguardar la paz en Europa y en el mundo". En la primera parte del discurso, leído en ruso, el Papa, aludiendo a la idea tan querida de Gorbachov de construir una casa común europea, le dijo que, como es conocido, "la casa del Papa es la casa común de todos los representantes de los pueblos de la tierra". Juan Pablo II, tras recordar las "pruebas dolorosas" a las que fueron sometidos tantos ciudadanos a causa, afirmó, "de su fe", hizo votos para que pueda ser aprobada cuanto antes la nueva ley sobre la libertad religiosa en la URSS.

"Yo soy el camino"

El Papa polaco regaló al líder soviético la significativa reproducción del mosaico que está en el altar sobre la tumba de San Pedro, que representa a Cristo y que dice: "Yo soy el camino, la verdad y la vida, y sólo quien cree en mí vivirá". Y afirmó que "el respeto a Dios y al hombre caminan parejos" y que es ello lo que puede permitir a los Estados y a los bloques "ir más allá de sus antagonismos". El presidente de la Unión Soviética explicó: "Hemos hablado mucho, creo que mis pensamientos y preocupaciones han sido acogidos con comprensión". Entre dichas preocupaciones, Gorbachov citó las actuales relaciones entre el Estado y las distintas iglesias en la Unión Soviética [especialmente, los uniatos de Ucrania], afirmando que se están resolviendo "con el humanismo y la democracia en el ámbito de la perestroika".

Gorbachov reveló que se había puesto de acuerdo con el Papa para abrir "relaciones diplomáticas oficiales" entre la Santa Sede y la Unión Soviética, y que la forma jurídica de tales relaciones se discutirá ahora a nivel diplomático.

Al final de su discurso, fuera del texto escrito, Gorbachov anunció lo que tantos esperaban: "Deseo comunicar", dijo, "que durante mi entrevista con el Santo Padre [así llamó Gorbachov al Papa] hemos hablado también de una visita, en el futuro, del Papa romano a la URS S". Según un comunicado de la sala de prensa, Juan Pablo II "ha agradecido la invitación, haciendo votos al mismo tiempo para que el desarrollo de los acontecimientos haga posible su aceptación".

Cuando, tras la entrevista oficial, Raisa entró en la biblioteca privada del Pontífice, su marido le dijo al Papa en nombre de los dos: "Somos conscientes de hallarnos en presencia de la más alta autoridad religiosa del mundo, y que además es eslavo". El Papa respondió: "Sí, sí, el primer Papa eslavo, y pienso que ha sido la providencia la que ha preparado el camino para que fuese posible este encuentro con el presidente Gorbachov". Después bromeando, añadió: "Bueno, y también con su esposa".

El Papa regaló a los 24 miembros del séquito oficial soviético una medalla de su pontificado, y a Raisa, un rosario de madreperlas. Ella no resistió la curiosidad y abrió el estuche blanco. Al ver el rosario preguntó qué era aquello. Los Gorbachov regalaron al Papa dos volúmenes de un precioso salterio ilustrado de 1400.

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