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18º ENCUENTRO DE MÚSICA CONTEMPORÁNEA

Brillantez en la composicion española

El éxito de la Orquesta Sinfónica de RTVE, con su titular Arpad Joo, en la sala del Arsenal, la noche del pasado sábado, ha sido más meritorio por cuanto se produjo tras las magistrales intervenciones de Boulez y la BBC y de la orquesta de cámara de la radio holandesa con Zender.Fundamento de ese triunfo ha sido el mérito de las obras interpretadas, originales de Cristóbal Halffter, Tomás Marco y Gilbert Amy.

Rotundidad expresiva

Escribí hace un par de años sobre el estreno mundial de las Variaciones Dormunt, de Cristóbal Halffter, en dicha ciudad. Si el autor, que dirigió su obra a la filarmónica dormuntdesa, logró muy ricas matizaciones y contrastes en una música densa y, en muchas ocasiones, más violenta por el lenguaje que por la intención, hay que reconocer en la versión de Arpad Joo gran seguridad, rotundidad expresiva y una concepción superbrillante, incluso hasta el exceso. Los profesores de la RTVE, conscientes de la importante ocasión, dieron cuanto tienen de bueno, que es mucho, incluso más de lo que a veces puede pensarse a través de la faena cotidiana en Madrid, y los resultados podrían encuadrarse en una nueva imagen, aplicada a la música actual, de la tradicional furia española No soy partidario de ninguna furia, pero -¡qué lo vamos a hacer!- en cuanto cruzamos las fronteras, sea para exponer cuadros, para interpretar música o para jugar al fútbol- se espera de nosotros esa furia.El vario público del Festival de Metz reaccionó con entusiasmo ante una partitura que tras su incisivo y gran decorativismo encierra una energía admirable y una magistral precisión de concepto y escritura.

El panorama es muy distinto en la Cuarta sinfonía (Espacio quebrado) de Tomás Marco, es trenada en Madrid por Jesús López Cobos y la ONE en abril del año pasado.

Estamos ante un mundo original, inteligente e inteligible, en el que el autor ensaya diversas soluciones a partir de los fenómenos sonoros considerados en sí mismos y desde distintos puntos de vista, bien sea la elección de una región dominante (la aguda en un tiempo, la grave en otro), bien por el estilo lúdico basado en fórmulas de rock, en el tercer movimiento, bien por clima y explosiones sonoras de tipo solar (Marco alude cierto en su autocrítica a Ricardo Strauss), bien por un martilleo, casi bruzkneriano sobre materiales tonales básicos, como en la prolongada coda. El triunfo principal de Marco fue, una vez más, el de su diferenciación con cuanto estos días venimos escuchando.

Gilbert Amy, director y compositor como su maestro Pierre Boulez, sigue en algo su camino a la hora de redactar sus obras a través de sucesivas reformas y ampliaciones.

Así, Orchestrahl, iniciada en 1986, llega a la versión estrenada en Metz, en plenitud de creación. Siempre podemos encontrar en Amy referencias a obras anteriores, así como una artesanía de primer orden a través de procesos acumulativos que contrastan con otros puntillistas, cuyas raíces están en Boulez, en Webern y el Debussy de Juegos, tanto por la tendencia atemática cuanto por el valor estructural de la tímbrica.

Versión vigorosa

En todos los sentidos, Orchestrahl constituye una culminación del estilo de su autor y, lo mismo que el resto de las obras, tuvo por parte de la orquesta española y su maestro una versión vigorosa y de gran impacto sobre la audiencia.En resumen, ha sido una gran jornada para una de las primeras orquestas de nuestro país en su confrontación con otras grandes formaciones europeas y con un repertorio difícil.

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