González: la ayuda a Europa oriental "no se hará en detrimento de la cohesión"
El esfuerzo de solidaridad económica de la Comunidad Europea con la Europa del Este no se hará en detrimento de sus miembros meridionales, entre los que figura España, según el presidente Felipe González, aunque sí puede ser perjudicial para otras zonas del mundo de gran importancia para la diplomacia española, como Latinoamérica o los países mediterráneos no europeos. La ayuda al Este "no se hará en detrimento de la cohesión", es decir, la solidaridad intercomunitaria, afirmó Felipe González.
González estaba satisfecho porque los líderes de la CE acababan de encargar a la troika, de la él forma parte hasta el 31 de diciembre, elaborar una propuesta de creación de un banco para el desarrollo de los países del Este, que también podrán aprovecharse de una serie de programas comunitarios de educación y formación. Hungría y Polonia obtuvieron además ayudas por 230.000 millones de pesetas."La cohesión saldrá más bien reforzada", se atrevió a vaticinar el jefe del Ejecutivo, "porque cuando se plantee, por ejemplo, la cooperación con Alemania del Este, un elemento decisivo que tomar en cuenta será la comparación de su nivel de desarrollo con el de Portugal, España, etcétera", y la "renta per cápita del ciudadano alemán oriental es superior a la del español".
"No sería imaginable que se hiciese un mayor esfuerzo con Alemania del Este que con Estados miembros de la CE", añadió dando a entender que si se intensifica la cooperación con Berlín Oriental, como lo acaba de pedir el nuevo primer ministro, Hans Modrow, también deberá incrementarse aún más de lo previsto el presupuesto de los llamados fondos estructurales destinados a atenuar las diferencias de desarrollo entre regiones ricas y pobres de la Comunidad. Los fondos estructurales van a duplicarse de aquí a 1993.
González reconoció, sin embargo, que, como los recursos de la CE no son ilimitados, temía que la generosidad con el Este "no merme su capacidad de ayuda a América Latina o a la cuenca del Mediterráneo". "La batalla [que librará España] para tratar de impedirlo será muy dura", pronosticó el jefe del Gobierno, que ha sido el principal defensor de los intereses latinomericanos en el club de los doce.
El presidente parece dispuesto a evitar que la contribución española en la política de solidaridad con el Este sea proporcional a la contribución de España al presupuesto de la CE (en torno a un 8%). "No se puede cuantificar todavía nuestra aportación al fondo de estabilización para Polonia o al crédito-puente para Hungría, pero debería estar en función de los vínculos comerciales de cada Estado con el Este".
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