El énigma de la santidad
Se suele hablar de escándalo, tópicamente, al mencionar a Liliana Cavani, y este término no dejó de aparecer, irremediablemente, en las críticas y comentarios sobre Francesco, su película más reciente, cuando se proyectó en el últime, festival de Cannes.En Francesco, quizá como reacción frente a otros excesos, no hay flores ni mensajes ecologistas traídos por los pelos, y el paisaje está manchado de lodo y humedecido por una lluvia pertinaz, como si la acción transcurriera en un remoto país, lo que no coritribuye a destacar el arte de un escenógrafo tan competente como Danilo Donati.
La directora ha acentuado desde el principio la sordidez exterior típica de una edad oscura y atarmentada, quizá para subrayar con más precisión las dudas y complejidades espirituales del joven burgués que abandona una carrera mundana satisfactoria -en la que no faltan las tentaciones del sexo, del dinero y del poder- para consagrarse al servicio de Dios.
Francesco
Una producción RAI(Radiotelevisione Italiana-Raiuno) Istituto Luce-Italnoleggio Cinematografico. Guión: Liliana Cavani y Roberta Mazzoni. Música: Vangelis. Iniágenes: Gluseppe Lanci. Montaje: Gabriella Cristiani. Dirección: Liliana Cavani. Intérpretes: Mickey Rourke, Helena Bonacelli Carter, Andréa Férreol, Paolo Bonacelli, Mario Adorf. Estreno en Madrid: Palacio de la Música, Novedades, Juan de Austria, Aluche.
El filme se mueve, a mi modo de ver, en un terreno ambiguo, donde no acaba de delimitarse con claridad lo que pertenece a una concepción laica, moderna, frente a la omnipresencia de la religión, típica del mundo medieval. Aunque Liliana Cavani está convericida de que Francesco -así, con el nombre italiano, apropiadamente- no es un hombre del ayer, sino del futuro, y está en su derecho de creerlo, entre estas palabras y las imágenes de su película hay un gran trecho.
Actor y personaje
La directora ha manifestado reiteradarnente su admiración por Mickey Rourke, una gran estrella del cine norteamericano, sin cuya aportación es posible que su película no hubiera pasado del estadio de las buenas intenciones. La obra ha sido construida con todo descaro sobre él, y el resultado, a mi modo de ver, se resiente de la inadecuación de este intérprete con el personaje. Mickey Rourke es un buen profesional, sin la menor duda, y más allá de sus aciertos y de sus equivocaciones -que de todo hay en su filmografía- está su innegable cualidad estelar, que sobrepasa su talento, para traspasar la pantalla y, comunicarse con el espectador.En su encarnación de Francisco de Asís, sin embargo, se produce una cierta tensión entre su aspecto atlético, decididamente contemporáneo, y la imagen ascética y escuálida que uno esperade un fraile mendicante sometido a los rigores del ayuno y ajeno al regalo del cuerpo. ¿Un santo moderno?
Liliana Cavani ha evolucionado mucho desde su polémico Portero de noche, su mayor éxito de público, aunque los méritos artísticos de esa película fueran más bien escasos. Sus posturas ideológicas radicales del comienzo de su carrera -no olvidemos, por otra parte, su primer Francesco, de los años sesenta, con Lou Castel como protagonista parecen haber evolucionado en los últimos años, si nos atenemos a sus propias declaraciones, hacia planteamientos más espiritualistas y afines a una concepción religiosa de la existencia.
Esto sería indiferente, a efectos estéticos, en relación con la correspondencia entre propósitos y logros: no hace falta ser creyente para hacer bien una película sobre la religión, ni ateo para ahondar en el agnosticismo, pero es importante conocerlo para entender mejor la obra, porque sólo en este sentido podemos comprender la ambigua actitud de la Cavani frente al inquietante fenómeno de la santidad.
De todos modos, y aun aceptando la sinceridad de los motivos que han llevado a Liliana Cavani a elegir esta figura para construir sobre ella su última película, es inevitable reconocer la pobreza de los resultados concretos, derivados en parte de un planteamiento contradictorio (la película no es, al final, ni un mensaje laico ni religioso, y se mueve constantemente entre ambos polos antagónicos sin una preferencia marcada). Mickey Rourke su surra su papel -en inglés en la versión original, por supuestocon un tono de voz más afín a un hombre atormentado de nuestro tiempo que busca cumplir su destino que a las condiciones culturales de la épocaen la que transcurrieron los hechos.
Babelia
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