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Las discrepancias sobre la política económica del futuro Gobierno abren una brecha en el PSOE

Felipe González cerrará la lista de su nuevo Gobierno dentro de tres semanas y en el último momento, pero antes tendrá que decidir si atiende las voces que están surgiendo en su partido reclamando, una nueva política económica y en contra de la línea que representa Carlos Solchaga. Esos sectores tienen su candidato alternativo en Narcís Serra, y para recuperar el diálogo con los sindicatos apuestan por dos ministros fuertes en Trabajo e Industria, este último un departamento clave para diseñar la reindustrialización que no se hizo tras la reconversión.

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Como conocen al presidente del Gobierno, tan sólo se atreven a sugerir los nombres de Carlos Romero y José Borrell. En sectores del partido socialista existe el convencimiento de que hay una política económica alternativa a la aplicada por el actual equipo económico, y sin poner en cuestión las grandes cifras macroeconómicas consideran peligroso que la única prioridad sea la inflación y que se frene la demanda indiscriminadamente, sin tener en cuenta que puede afectar tanto a los bienes de equipo como a los de consumo. Pero sobre todo creen que la política económica tiene la flexibilidad suficiente para iniciar vías de diálogo con los sindicatos.

También ministros

De acuerdo con esa última tesis está incluso algún ministro que a raíz del 14 de diciembre era partidario de que no se firmara nada con las centrales sindicales.Para estos sectores, el triunfo electoral es incuestionable, pero propugnan que se tenga en cuenta que el electorado ha girado a la izquierda, que la sociedad está reclamando nuevas formas de gobernar y que hay demandas de las centrales sindicales que pueden ser atendidas.

Para ello se puede partir de las promesas del programa electoral, o de una serie de puntos de la Propuesta sindical prioritaria y discutir, por ejemplo, acuerdos para incrementar la protección social a los parados, revisar las pensiones actuales y la ley de prestaciones asistenciales, diseñar el papel del Instituto Nacional de Empleo, garantizar la estabilidad de los puestos de trabajo poniendo freno al incremento vertiginoso de la precariedad y un plan de formación profesional.

Consideran importante para ello que haya un cambio de personas y prioritariamente en las carteras económicas. Un diseño que tiene respaldo es partir de un nuevo ministro de Economía con un tándem fuerte en las carteras de Trabajo e Industria; este último departamento es clave, ya que desde él se diseña y decide desde la ubicación de las grandes empresas que se están instalando en España hasta la reindustrialización que no se ha hecho después de la reconversión. Esos dos ministros tendrían como misión arrancar el dinero necesario a Economía y desarrollarían un papel importante de acercamiento a los sindicatos.

Narcís Serra sería para algunos sectores del PSOE un buen coordinador del equipo económico con José Borrell al frente de Industria, y en Trabajo Carlos Romero o Miguel Rodríguez Piñero, miembro del Tribunal Constitucional, experto en cuestiones laborales y que fue profesor de Felipe González en la universidad de Sevilla.

En el rechazo a la política económica que defienden Carlos Solchaga y Mariano Rubio ya no están solas las direcciones de UGT y Comisiones Obreras. Coinciden ahí miembros del sector guerrista, algunos de los llamados barones del partido y la corriente Izquierda Socialista. Hasta ahora lo han reconocido públicamente con sus nombres y apellidos Joaquín Leguina y los dirigentes de Izquierda Socialista, pero otros miembros del partido mayoritario también lo confiesan en privado aunque han preferido seguir las instrucciones de silencio dadas.

Recuperar la concertación

Esos mismos dirigentes creen que ya está bien de confrontación y están dispuestos a realizar intentos serios para recuperar la concertación. El primero que ha roto el fuego y ha iniciado esa línea ha sido el presidente de la comunidad autónoma de Madrid, Joaquín Leguina, pero en breve pretenden seguir por el mismo camino los responsables de comunidades regidas por socialistas como Andalucía, Asturias, Valencia, País Vasco [allí el PSOE gobierna en coalición con el PNV] y otras gobernadas por diferentes fuerzas políticas.

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