Marcar la casilla con el pulgar
"¡Ahora vamos a hacer un poco de votaciones!" dice el instructor de la SWAPO (Oranización de.los Pueblos del Suroeste de Africa, principal movimiento opositor de Namibia) ante los centenares de futuros votantes de su partido en un suburbio de Windhoek. Algunos de los instructores se centran en que los prinieros de la fila reconozcan la casilla correspondiente a su partido fijándose en los emblemas puesto que la mayoría de ellos no saben leer. Otros se encar gan de que los votantes hagan la cruz en la casilla como es debido. Y, por fin, una muje de anchos hombros al aire culmina la operación recogiendo los votos en una urnAde cartón.Entre las primeras en rematar la faena se halla Kalima, una mujer madura. H. participado en los tres ensayos que se han realizado en su distrito y nunca se ha equivo cado. "Pero claro, yo soy una maestra", explica en afrikane con una sonrisa. Detrás de ella un anciano ha estado
punto de marcar la casilla presionando contra ella la huella del pulgar. "Es la costumbre siempre lo hemos hecho as los que no sabíamos escribi cuando ocurría algo impor ante", se justifica ante el asis tente que le corrige.
El desfile va pasando satisfactoriamente. Un joven emite una exclamación de rabia "¡Me he equivocado!", dice. A su lado, otro compañero repite la equis mientras su tutor le explica que el trazo debe se único y que no se puede repasar muchas veces, como él ha. Artículo de ana Camachoce. Un hombre en un cerca. no distrito tuvo que desfila 40 veces antes de lograr vota correctamente a su favorito "Recuerdan los ejercicios d nuestros niños de párvulos" explica una namibia blanca ex profesora de adultos. "N sólo se trata de no poder es; cribir, sino de no tener la cul tura visual para poder capta, y distinguir imágenes en un hoja", añade.
Tras cuatro horas de ejer cicios, Hacia las seis de la tar de, la clase termina. Y mien tras el sol se oculta tras la montaña, los miembros de la reunión entonan una canció y rezan una plegaria cristian antes de separarse.
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