Intentos fallidos para rescatar los restos del pesquero 'Nautilus', hundido hace un mes

El mar se resiste a devolver el Nautilus, el pesquero coruñés que el océano se tragó hace 30 días con cinco tripulantes a bordo. Desde hace dos semanas está localizado el lugar donde se hundió, pero la persistencia de los marineros en sacar sus restos a flote no ha hecho hasta ahora sino aumentar su desesperación, porque no lo han conseguido.

El pueblo de los pescadores, Laxe, en la coruñesa costa de la muerte, intentará lo que sea para que sus cadáveres puedan descansar bajo tierra. Lo irreversible del hundimiento no ha hecho abandonara los compañeros de los cinco ahogados.Rescatar el barco y los cadáveres que todavía puedan permanecer entre sus restos es ya casi una obsesión para los marineros de Laxe, hartos de soportar las carencias de la Administración marítima española.

Ellos y los familiares de las víctimas también se resistieron al principio a creer que el Nautilus -que mantuvo el último contacto por radio la noche del pasado día 5- no volvería a mostrar más su silueta sobre el puerto. A las pocas horas de que la esposa del patrón tomase conciencia de que el retraso de su marido no era habitual, algunos echaron cuentas: "A éstos se les ha averiado la transmisión y están a la deriva". Habían pasado ya tres días y no aparecía ni un solo resto del pesquero en el lugar en el que había sido avistado.

La confianza en que a Xesús Soneira, patrón del Nautilus y uno de los marineros más reputados de la zona, no se le podía hundir un barco así como así no tardó mucho en desvanecerse. Seguía sin encontrarse absolutamente nada, pero era ya demasiado el tiempo transcurrido como para no creer que lo había engullido un golpe de mar. Diez días después del presumible naufragio se celebró el primer funeral por las víctimas, entre ellas Manuel Ramos, un estudiante de pesca de 15 años que realizaba sus prácticas en el barco.

El pasado día 19, a seis millas del cabo Roncudo, fueron hallados unos aparejos. Manuel Domínguez, O Cazador, uno de los más constantes en la búsqueda, los identificó sin dudarlo: eran del Nautilus, el barco de su cuñado. Desde entonces los marineros han intentado lo que han podido mientras el mar se obstina en retenerlo.

Entre la tarde del viernes y el sábado últimos, El Himanjo y El Navaliño, dos pesqueros de la vecina localidad de Corme, lograron engancharlo hasta seis veces, pero en el momento de intentar que saliese a flote se rompieron los 500 metros de aparejo. Los marineros están convencidos de que se podría hacer algo más, pero para eso se necesitaría mejor apoyo que el que puede prestar la lancha del Servicio de Vigilancia Pesquera de la Xunta de Galicia.

Poco a poco los efectivos de la Armada que colaboraron en la búsqueda se han ido retirando. La lucha es cada vez más solitaria pese a algunas ayudas como la de la Cruz Roja del Mar o la del equipo de Televisión de Galicia, que ha transportado una cámara submarina. Además el temporal entorpece el trabajo.

"Nosotros no sabemos nada del rastreo. Es igual. Hemos perdido cualquier esperanza". La madre de Manuel Ramos, el muchacho desaparecido, está cansada de hablar, y como el resto de los familiares no tiene ni siquiera interés en transmitir las protestas por la falta de apoyo de la Administración.

La presión de los vecinos hizo que la Armada enviase un avión, un helicóptero, patrulleras y remolcadores. Pero al tomar cuerpo la hipótesis de que los marineros no se hallaban con vida, la ayuda oficial se ha debilitado.