Las autoridades de Pisa, contra el cierre de la torre

Portavoces representativos de la ciudad de Pisa, desde el alcalde hasta el gobernador, han protestado de forma enérgica en Pisa al saber el viernes, por una filtración, que una comisión de especialistas ha aconsejado el cierre al público de la mítica torre. Ésta se encuentra inclinada 4,50 metros respecto a su eje; la torre es una estupenda joya arquitectónica de la Edad Media y su construcción duró 200 años.Cuando hace unos meses el nuevo ministro de Obras Públicas del Gabinete Andreotti, el democristiano Giovanni Prandini, nombró la comisión de expertos para estudiar el estado de salud de la torre, la noticia produjo un escalofrío no sólo entre los italianos sino en todo el mundo ante el temor de que ello pudiese indicar un ulterior empeoramiento de la salud de la torre. Ahora los siete sabios han aconsejado al ministro que prohíba al público la visita a la torre y a todo el conjunto arquitectónico que la rodea.

La noticia corrió como la, pólvora. Se supo que el ministro Prandini había tenido un encuentro con el primer ministro Andreotti, y enseguida los liberales han hecho una interpelación al Gobierno para que informe al Parlamento de todo el misterio.

Porque los otros expertos, los que desde hace años siguen al microscopio hora a hora el estado de salud de la torre, insisten en que se trata de puro alarmismo; que en los últimos tiempos la torre sólo ha cedido unas décimas de milímetro y que nada hace pensar en un recrudecimiento del fenómeno de su inclinación.

Falta de información

Y ayer fue el mismo alcalde, el socialista Giacomino Granchi, el primero que, mezclado con los 1.188 turistas del día, subió a lo alto de la torre como un gesto de protesta, sobre todo por "no haber sido informado ni él ni la ciudad" de lo que se está cociendo en el ministerio.Ahora el ministro ha nombrado, antes de decidir si cerrar o no al público la torre y por cuánto tiempo, una nueva supercomisión formada por otros seis expertos y presidida por el ministro de Obras Públicas, Prandini, y por el de Bienes Culturales, Facchiano.

El alcalde insiste en que en toda su larga y agitada historia la torre fue cerrada al público sólo por un breve período durante la guerra y que no será él quien la cierre ahora. Lo mismo ha dicho el gobernador. Nadie quiere ponerle el cascabel al gato. Mientras, la ciudad y la provincia tiemblan porque eliminar la famosa torre de los itinerarios turísticos mundiales podría suponer el hundimiento económico de Pisa y de toda su provincia.

La famosa torre fue proyectada en el siglo XII por dos célebres escultores y arquitectos: Pisano, autor también de las puertas de bronce de la catedral, y Guglielmo. La torre tenía que haber sido el tercer monumento de la plaza tras la catedral, fundada en 1063, y el baptisterio empezado en 1153 por el arquitecto Diotisalvi. La construcción, trabajosa y difícil, duró dos siglos.