Arias evita el fracaso de la reunión entre el Gobierno y la guerrilla salvadoreños
ANTONIO CAÑO ENVIADO ESPECIAL, El presidente de Costa Rica, Óscar Arias, evitó un fracaso total en la reunión que el lunes iniciaron en esta capital representantes del Gobierno y de la guerrilla salvadoreños y que terminó ayer. Su intervención consiguió al menos devolver las esperanzas de algunos avances en el proceso de paz y la convocatoria de una nueva ronda negociadora. Esta se celebrará los próximos 20 y 21 de noviembre en Caracas.
Óscar Arias se presentó personalmente en el convento donde se ha celebrado el diálogo alrededor de las nueve de la noche del martes, varias horas después de que las dos partes negociadoras se hubieran retirado de la mesa sin haber podido intercambiar algo más que críticas y acusaciones mutuas. El premio Nobel de la Paz se reunió por separado con los representantes del Gobierno y de la guerrilla y consiguió arrancarles un compromiso para seguir conversando durante el día de ayer.Previamente, Arias había mantenido contacto telefónico con el presidente salvadoreño, Alfredo Cristiani, a quien le convenció de que su delegación no podía abandonar Costa Rica sin llevarse algún compromiso que permita decir a todos que el diálogo avanza. Para llegar al cese de hostilidades parece quedar todavía un largo camino.
El papel de D'Aubuisson
Las diferencias en la reunión de San José se iniciaron con la dura reacción del Gobierno por el asesinato en la mañana del martes en El Salvador de la hija de un coronel del Ejército. "Esto muestra que el FMLN está dirigido e integrado por personas que no sienten ningún respeto por la vida ajena", decía una nota oficial. El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) negó, sin embargo, su participación en este crimen y, según dijeron en privado algunos de sus representantes, no descarta que los autores sean grupos del propio Gobierno contrarios al avance de la negociación.
La guerrilla considera que la gran culpa de la lentitud con la que avanzó el diálogo la tiene el hecho de que la delegación gubernamental no representa al verdadero poder decisorio en El Salvador, que, según el FMLN, está detentado por el líder de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), mayor Roberto D'Aubuisson. Éste tiene una posición más reacia al diálogo que el presidente Cristiani.
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