El disputado voto de Miguel Delibes
El escritor vallisoletano se muestra contrario a las mayorías absolutas
"La fórmula democrática de gobierno, que es la menos mala, es bastante decepcionante cuando un partido consigue la mayoría absoluta, porque se convierte en una especie de patente de corso para que ese partido, sea de derechas o de izquierdas, haga lo que le dé la gana durante cuatro años y el Parlamento esté de más", dice Miguel Delibes, de 69 años, que en estas vísperas electorales ha vuelto a la actualidad con el estreno en Madrid de una adaptación teatral de su obra Las guerras de nuestros antepasados, con la película que el director Luis Alcoriza prepara sobre su novela La sombra del ciprés es alargada, y con la próxima aparición de su libro Vivir al aire libre. Memorias deportivas de un hombre sedentario.
El novelista vallisoletano, que considera muy menguada su participación en la vida política, afirma que haría "una campaña contra la posibilidad de gobernar por mayoría absoluta", porque, en su opinión, "una verdadera democracia representativa es aquella en la que el poder siempre está mediatizado por los que no lo han conseguido". Delibes tampoco está de acuerdo con la anticipación de las elecciones, pues le parece una decisión "exagerada y oportunista", y dice bromeando que en España, indudablemente, "los sondeos electorales son más prestigiosos y fiables que los pronósticos del tiempo".La afabilidad del escritor se torna indignación cuando la charla deriva hacia la tangana electoral en curso: "La democracia española se entiende groseramente. Ser libres se entiende para menospreciar al adversario cuando no es para insultarlo, que es algo que produce verdadera desazón. Cuando empieza la campaña ninguno presenta un programa, sino que simplemente se dedica a desprestigiar a los demás. Y encima se hace con mala baba. Creo que es un pecado español y como hay elecciones continuamente estamos soportando esta vida de improperios, insultos y groserías perpetuamente".
Pero si las maneras políticas al uso no le agradan, menos aún le gusta el panorama moral que ofrece actualmente la sociedad española. "Hay una realidad, y es que en este país nuestro lo único que le mueve de verdad a la gente son el puente de san José y la loto. Estos son los verdaderos elementos de sugestión y encantamiento para la población española: hacerse rico de un golpe y sacar el mayor número de vacaciones posible".
Acoso al individuo
Delibes no pontifica. Su crítica de la situación presente está en consonancia con el pesimismo que envuelve toda su obra. "La civilización exacerba el egoísmo humano. Si hay una línea común a mis novelas es el acoso al individuo, sea por la ignorancia, la violencia o la organización. Lo que da unidad a mis novelas es la soledad del individuo, y, después de tanto predicar veo que la tendencia es a peor".El autor de Cinco horas con Mario afirma haber leído recieniemente La educación sentimental, de Flaubert, -"unos tipos deficientemente construidos, una acción sostenida artificialmente"-; La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza, -"una novela muy densa, con mucho humor y bien contada"-, y Las Confesiones, de Rousseau. Dice estar desconectado de la última novela española. "Es un momento de irrupción de nombres en el que se han mezclado generaciones distintas. Aunque no se puede hablar de tendencias, veo como rasgos comunes que se vuelve a contar algo por inane que sea y la existencia de una clarísima disposición cosmopolita, que se ve ya en los títulos, que hablan de lugares ajenos como Venecia, Lisboa o Burdeos".
Pese a esta eclosión de escritores, Delibes reprocha a la cultura española la poca atención que presta a la gente joven. El escritor recuerda "cómo en losaños cuarenta, cuando sólo existía el premio Nadal de Literatura, la juventud tenía posibilidades de salir adelante. Pienso en Payno, que era un niño de 19 años cuando ganó el premio, o en Carmen Laforet. Los únicos que salen jóvenes y siempre ha ocurrido así son los poetas".
Precisamente en la novela con la que Delibes ganó el premio Nadal y se dio a conocer en 1947, La sombra del ciprés es alargada, ha trabajado para construir un guión el cineasta español afincado en México Luis Alcoriza, que ha dedicado las últimas semanas a buscar localizaciones, sobre todo en Ávila, y a probar a actores con el fin de comenzar el rodaje en breve.
Babelia
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