El Papa resalta en Isla Mauricio los valores morales y de la familia en la sociedad
El Papa Juan Pablo II enardeció ayer en Isla Mauricio los valores morales y de la familia en el seno de la sociedad. En su discurso ante las autoridades de Mauricio, Estado independiente en el marco de la Commonwealth desde 1968, el Pontífice subrayó su conocimiento de las dificultades socioeconómicas que atraviesa este país.
El Pontífice invitó a los habitantes de este país a "superar las dificultades ante un progreso auténticamente humano", con el fin de ayudar a los país más desfavorecidos y a "reaccionar a los peligros de nuestra época que acechan los valores morales y comprometen la dignidad de la persona, la igualdad y la convivencia". Resaltó también la necesidad de fortalecer "la edificación de familias sólidas".
Juan Pablo II inició así la tercera y última etapa de su viaje. Ésta es la parte que se prevé más tranquila de este 44º viaje fuera de Italia del Pontífice. El Papa cambió ayer de continente, pasó de Asia a África, pero Mauricio, situado a 1.100 kilómetros al este de Madagascar, guarda con Indonesia la similitud de que los católicos son una minoría.
Minoría católica
Este país, que cuenta con el 26,3% de su población católica -contra el 3% de Indonesia- es escenario desde ayer de la visita del Pontífice. El Papa fue recibido en el aeropuerto de Plaisance por el primer ministro, el socialista sir Aneerood Jugnauth. Luego el Papa se desplazó hasta la capital, Port Louis, donde ante el monumento de María Reina de la Paz celebró una misa. Aunque en principio estaba prevista la asistencia de unas 200.000 personas, asistieron alrededor de 300.000. Todas las etnias estaban presentes en la celebración.El Papa tiene previsto permanecer en Isla Mauricio hasta el próximo lunes día 16, en que tiene previsto llegar al aeropuerto romano de Ciampino.
