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FESTIVAL DE CINE FANTÁSTICO DE SITGES

Henning Bendtsen: "Carl Theodor Dreyer no sabía nada de fotografía"

Andrés Fernández Rubio

En 1954, Henning Bendtsen tenía 30 años y era un joven director de fotografía al que el cineasta danés Carl Theodor Dreyer contrató para su película Ordet. 10 años después, iluminó Gertrud. Son dos filmes que muchos colocan sin dudar entre las cumbres del cine europeo, y Bendtsen, quien asegura que Dreyer "no sabía nada de fotografía", cree que el secreto está en la inteligencia y fuerza emocionales de un cineasta espiritual "que sabía perfectamente lo que buscaba". El Festival de Cine Fantástico de Sitges ha programado tres películas en homenaje a Dreyer, Blade af Satans Bog, Ordet y Vampyr, cuando se cumple el centenario de su nacimiento.Bendstsen, de 64 años, cuenta que a Dreyer le resultaba muy difícil encontrar financiación para sus películas, y recuerda que en la etapa que pasó en Francia tuvo dificultades económicas. "Al principio vivía en un apartamento junto a la plaza de la Concordia, del que se tuvo que mudar a otro más pequeño y, más tarde, a un tercero aún menor. Resulta curioso pensar en estos términos sobre quien ya había rodado La pasión de Juana de Arco y Vampyr".

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Bendtsen dice que en su relación con Dreyer no hubo problemas porque existía una corriente de simpatía mutua entre ellos. "Esto ayudaba mucho, puesto que era muy reservado y tímido y, de hecho, podía no dirigirle la palabra a alguien que le cayese mal, como así sucedía durante los rodajes. De la fotografía, que era tan importante en sus películas, no sabía nada; por eso no podíamos trabajar en equipo, simplemente me decía lo que quería y luego opinaba una vez visto el resultado. A veces se presentaba con recortes de revistas y periódicos, por ejemplo una foto de un árbol atravesado por un rayo de luz y dos personas en primer plano, y exclamaba: 'Quiero algo como esto'".

Cuando los resultados no eran del agrado del cineasta se paraba el tiempo necesario hasta que surgiera una idea que permitiese seguir, añade Bendtsen. Y esta teoría de parar y esperar, Dreyer la llevaba hasta el extremo de detener el rodaje para que la actriz de la famosa escena de la resurrección, en Ordet, pudiera familiarizarse con el ataúd, ya que era viuda reciente. "En los exteriores de este filme, el guión especificaba que había nubes, y resultó que durante días o llovía o hacía sol. El productor se desesperaba preguntando a qué esperábamos, y yo era demasiado joven para decir que prefería la ausencia de nubes, tan difíciles de fotografiar. Hasta que al final aparecieron".

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