"La política de neutralidad de Suecia es útil a Europa"
Declaraciones del primer ministro Carlsson previas a la visita de los reyes suecos, que llegan hoy a Madrid
Los reyes de Suecia, Carlos XVI Gustavo y Silvia, llegan hoy a nuestro país para participar durante cuatro días en diversos actos de las Jornadas de Suecia en España que se desarrollarán en Madrid y Barcelona. Por medio de una exposición titulada Suecia, tradición y futuro, varios ciclos de conferencias, proyección de películas exposiciones de arte y actuaciones del Real Ballet de Estocolmo, los suecos pretenden darse a conocer en un país que les interesa especialmente con vistas a no ser discriminados económicamente en el gran mercado que será Europa a partir de 1992. Sobre la participación de Suecia en la integración europea, su política exterior de neutralidad y las relaciones con España hablé recientemente el primer ministro sueco, Ingvar Carlsson, en su despacho de Rosenbad, en el centro de Estocolmo, con un grupo de periodistas españoles.
A pesar de que el asesinato a tiros del primer ministro sueco Olof Palme, el 28 de febrero de 1986 cuando salía del cine sin escolta policial, ha hecho cambiar muchas cosas en Suecia, no resulta demasiado difícil acceder al despacho del actual primer ministro, frente al edificio del Riksdag o Parlamento. Nadie registra al visitante.
Carlsson, el sucesor de Palme, comienza hablando de la piedra angular de la política exterior sueca, su posición de neutralidad y declara: "La política de neutralidad de Suecia es útil a Europa. Ha, creado seguridad y estabilidad en el norte. Esto es importante no sólo para Escandinavia sino para todos los países europeos. Por eso no queremos que nuestra neutralidad sea usada como argumento para impedirnos cooperar y trabajar conjuntamente en otros muchos campos en la construcción de Europa. Pensamos que estamos muy bien preparados para ser unos socios eficaces y productivos".
Sobre las relaciones con España, Carlsson afirma que "el papel de España es muy importante dentro de la política exterior de Suecia. España fue el primer país de la CE que yo visité cuando fui elegido primer ministro. Después he visitado todos los demás países miembros de la CE y de la EFTA, 17 en total. Presenté personalmente al presidente Felipe González la posición sueca ante Europa y nuestro deseo de participar en la construcción europea". "Además", añade el jefe del Ejecutivo sueco, "nuestras relaciones con España son ahora muy buenas en todos los campos. No lo eran durante el régimen autoritario anterior, a nivel de Gobiernos, pero ya entonces teníamos relaciones entre el Partido Socialdemócrata sueco y el Partido Socialista español. Mantenemos un contacto directo con el Gobierno español y nuestro secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Pierre Schori, viaja frecuentemente a España para que el diálogo sea abierto". (Ver EL PAÍS del 21 de abril y el 6 de mayo de 1989).
Libertad de cada país
Sobre la decisión de los socialistas españoles de convocar el referéndum para lograr la entrada de España en la OTAN, en vez de mantener la neutralidad, Carlsson manifiesta que "cada país debe ser libre e independiente para decidir su política exterior y para mantener o cambiar su política de neutralidad, teniendo en cuenta sus intereses concretos y sus problemas. Nosotros tenemos muy claro que sería un error para toda Europa si Suecia y Finlandia, que geográficamente separan a la OTAN del Pacto de Varsovia, abandonaran sus políticas de neutralidad, que en el caso sueco se mantiene desde 1809, pero España tiene una situación geográfica diferente".
Ante la pregunta de si se plantea Suecia la posibilidad de ser miembro de pleno derecho de la CE después de 1992, Carlsson responde que "la decisión adoptada por el Parlamento sueco en mayo de 1988 fue el acercamiento progresivo a la CE en todos los campos excepto en la política de defensa y la política exterior de neutralidad hasta 1992. No se planteó una negociación para pedir el ingreso".
"Las relaciones entre el Gobierno socialdemócrata de Suecia y los sindicatos, sobre todo con la LO (Unión General de Trabajadores de Suecia), no están exentas tampoco de problemas", afirma Carlsson, "pero, históricamente la cooperación ha sido muy estrecha. El modelo sueco de bienestar social no tiene raíces liberales sino que ha sido forjado por el trabajo conjunto del partido socialdemócrata y el movimiento obrero. Desde hace muchos años la afiliación sindical ha sido muy alta. Actualmente supera el 90% de los trabajadores. El partido y el sindicato tiene cada uno su propio papel que jugar para conservar una mínima tasa de desempleo que ahora es del 1,4%.".
"Con el Gobierno socialista de España y con otros gobiernos socialdemócratas", continúa Carlsson, "tenemos muchos puntos en común para contribuir a la construcción del espacio social europeo".
Política y risco
Uno de los temas que hoy como siempre más preocupan a los suecos es la nueva reforma fiscal que el Partido Socialdemócrata (43,2% de los votos y 156 diputados) ha presentado a los 349 miembros del Parlamento para su debate. El objetivo es evitar el sobrecalentamiento de la economía y luchar contra la inflación que, entre abril de 1988 y fin de marzo de 1989 ha alcanzado la cifra del 6,5%.
El partido del Centro (11,3% de los votos y 42 diputados) se ha mostrado dispuesto a apoyar la reforma fiscal por lo que una vez más se rompen los dos bloques tradicionales de la política sueca. Por un lado, el bloque socialista, formado por los socialdemócratas y los comunistas (5,8% de los votos y 21 diputados) que los apoyan en el Gobierno. Por otro, el bloque burgués, donde los centristas dejan solos a sus socios conservadores (18,37. de los votos y 66 diputados) y liberales (12,2% de los votos y 44 diputados). Tras las elecciones de 1988 los 20 diputados del Partido del Medio Ambiente, Los Verdes (5,5%), participan en las 16 comisiones parlamentarias y votan, bien con la derecha, bien con la izquierda, según cada asunto, lo que complica el panorama político
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