La oposición teme una 'noche de cuchillos largos'
Los principales dirigentes de la oposición panameña pasaron ayer a la clandestinidad en prevención de una noche de los cuchillos largos que podría lanzar el hombre fuerte, Manuel Antonio Noriega, tras superar el intento de golpe de Estado. "Dios protega a Panamá", declaró anoche el máximo responsable de la oposición panameña en Europa, Carlos Ernesto de la Lastra.El dirigente, que desde su domicilio en Madrid mantuvo un constante contacto con Panamá durante toda la jornada, declaró que poco después del fracaso de la intentona militar ya no pudo contactar con los líderes opositores Guillermo Endara y Ricardo Arias Calderón, candidatos a presidente y vicepresidente respectivamente en las frustradas elecciones del pasado 7 de mayo. El otro candidato a vicepresidente de la oposición, Guillermo Ford, se encontraba ayer en EE UU. Endara, que mantenía hasta ayer una huelga de hambre en protesta contra el Gobierno, fue sacado por algunos de sus partidarios del lugar en que se encontraba y llevado a un sitio desconocido para evitar posibles represalias. Arias, por su parte, había sido liberado en la noche del lunes por las Fuerzas de Defensa, que lo habían detenido 24 horas antes junto a otros ocho dirigentes democristianos, acusados de incitar a la rebelión contra el Gobierno.
"La oposición puede encontrarse con un animal herido dispuesto a desatar una represión ilimitada", dijo De la Lastra. Horas antes, mientras no se sabía aún qué destino tendría la sublevación, De la Lastra había manifestado que la oposición estaba dispuesta a aceptar la oferta de los rebeldes de repetir las elecciones de mayo, anuladas por el régimen de Norlega y que la oposición asegura haber ganado por un amplio margen.
Otro dirigente de la oposición panameña, el ex embajador en EE UU Guillermo Lewis, declaró por su parte en Madrid que "tuvo que haber una negociación [entre Noriega y los rebeldes]; de lo contrario, los habrían acribillado en lugar de tomarlos prisioneros". Asimismo, declaró que no veía las huellas digitales de Estados Unidos en el golpe frusado. Si las hubiera habido, otro habría sido el resultado".
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