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Hoy abandonan Camboya los últimos soldados vietnamitas

El intenso y húmedo calor que marcaba ayer el termómetro en Phnom Penh, pese a lo temprano de la hora, no contagió de fervor a la población camboyana en la ceremonia de despedida a las tropas vietnamitas que hoy, a partir de las siete de la mañana (una de la madrugada, hora peninsular), cruzarán la frontera, poniendo así fin a 10 años de ocupación militar. La jornada fue festiva y se invitó a la población a acudir a la explanada frente al palacio Real para vitorear a los soldados.

La gente acudió. Funcionarios, obreros, estudiantes y hasta una representación de monjes budistas, todos ellos recibieron la recomendación de asistir al acto, entonar eslóganes en favor de la amistad camboyano-vietnamita y de agitar pequeñas, banderas de los dos países. La ceremonia, sin embargo, aburrida, extraordinariamente larga y a veces caótica, fue como un guión bien aprendido. Vietnam se marcha de Camboya, pero la guerra no ha terminado.El príncipe Norodom Sihanuk, el jefe de la resistencia de la que forman parte también, además de las fuerzas nacionalistas de Son Sann, los temibles y despreciados jemeres rojos de Pol Pot, reiteró ayer que la retirada vietnamita es una farsa. El Gobierno camboyano está dispuesto a desmontar esta tesis y para ello ha decidido invitar a una misión internacional bajo los auspicios de las Naciones, Unidas para supervisar sobre el terreno y a partir de mañana, día 27, ya no quedará ni un solo soldado vietnamita en Camboya.

Ciudad engalanada

Phnom Penh ha vivido un inusual puente de 48 horas. Ni el domingo ni ayer fueron jornadas laborales. La ciudad fue engalanada y las autoridades instaron a la población a salir a la calle para participar a partir de las siete de la mañana en la ceremonia oficial de despedida. El presidente de la nación, Heng Semrin, el primer ministro, Hun Sen, y todos los miembros del Gobierno y del Politburó se presentaron al filo del alba en la tribuna colocada en una de las entradas del Palacio Real y frente a una explanada que mira al río Mekong.

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Estoicamente, toda la dirección política camboyana y el cuerpo diplomático soportaron durante tres horas el paso de una buena representación de los 26.000 uniformados vietnamitas que abandonan el país y que son parte del último contingente vietnamita que aún permanecía en Camboya desde la invasión de enero de 1979 que derrocó al régimen de Pol Pot, acusado de haber causado la muerte de más de un millón de personas durante los cuatro años que estuvo en el poder. Cerca de 10.000 hombres, pertenecientes a los regimientos 479 y 979, se concentraron en la capital tras haber viajado desde la provincia de Battambang, fronteriza con Tailandia, la más castigada por la guerra y que actualmente es centro de ataques por parte de jemeres rojos en el área de Pailin, rica en yacimientos de piedras preciosas. Hun Sen ha afirmado que el área está todavía en manos del Ejército regular, pero el ministro de Defensa, Tea Banh, ha reconocido que los enfrentamientos en esa zona son muy intensos.

El comandante en jefe de las tropas vietnamitas, un antiguo veterano de la guerra con Estados Unidos, recibió los laureles del presidente Semrin y se acercó hacia las gentes que en un número inferior a 20.000 personas se concentraban en la plaza para saludarle. Desde algunas filas se escuchaban eslóganes que ensalzaban la amistad entre los dos pueblos, que, sin embargo, nunca han expresado un gran cariño mutuo. Una banda militar entonaba el himno nacional camboyano y una canción que expresa solidaridad con Vietnam. Semrin dijo en un breve discurso de despedida que deseaba a las tropas un feliz regreso a casa y manifestó también que el recuerdo a la ayuda vietnamita permanecerá imborrable en la memoria camboyana.

Revisión del acuerdo

El primer ministro, Hun Sen, había señalado el domingo, ante más de 300 periodistas y diplomáticos extranjeros, que Camboya pedirá a Vietnam la revisión del acuerdo de amistad y de mutua defensa en cumplimiento de la política de neutralidad e independencia que su Gobierno se compromete a realizar, tras la retirada efectiva de las tropas.

Hun Sen dijo haber aceptado la propuesta del primer ministro tailandés, Chatichal Choonhavan, de reunirse en fecha próxima con el jefe de la resistencia camboyana, Norodom Sihanuk, para reanudar las negociaciones de paz, rotas tras el fracaso de la conferencia de París del pasado mes.

Hun Sen había señalado que Camboya pedirá que vuelva al país tan pronto como sea posible la comisión internacional ad hoc a que se constituyó bajo los auspicios del secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, con el fin de estudiar mecanismos que posibiliten el alto el fuego. "La comisión será hija de la conferencia de París y nieta del secretario general de la ONU", dijo el primer ministro.

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