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Detectado un nuevo agujero de ozono en la Antártida

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El descubrimiento de un nuevo agujero en la capa de ozono del continente antártico ha sembrado la alarma entre los expertos estadounidenses del medio ambiente por la rapidez con que está agrandándose. El agujero detectado por el satélite Nimbus 7, de la Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA), y confirmado mediante globos lanzados desde estaciones terrestres, crece a la misma velocidad del que le produjo en 1987. La capa de ozono filtra los rayos ultravioletas emitidos por el Sol y protege a los seres humanos y la vida natural de sus efectos perniciosos.

El nuevo agujero de ozono abierto en la estratosfera terrestre bajo la Antártida, de las mismas características que el descubierto en 1987, ha sembrado el desconcierto entre los conservacionistas. El descubrimiento en 1987 del agujero de ozono en esta región provocó la alarma no sólo por sus efectos en el medio ambiente, sino por las consecuencias que tendría su extensión a lo largo de la Tierra si el planeta quedaba expuesto a mayor radiación solar ultravioleta.Tanto la Antártida como el Polo Norte registran la aparición de agujeros estacionales en la capa de ozono, que se abren en primavera y se cierran con la llegada del invierno. El tamaño del agujero y el ángulo de su apertura varían de año a año. Como resultado de una serie de cálculos matemáticos, los expertos esperaban que después del de 1987, el próximo gran agujero que aparecería sobre el territorio antártico se produjese en 1990. La detección de este agujero se considera sorprendente. "Es terrible", señaló John T. Lynch, director del programa de aeronomía polar de la Fundación Nacional de la Ciencia de EE UU. "Si este agujero de ozono sigue creciendo a esa velocidad podría afectar a todo el inundo".

La profundidad de la capa de ozono se mide en unidades Dobson (en memoria del aerónomo británico G. M. B. Dobson), y lo normal es que haya 350 por centímetro cuadrado, pero en la Antártida hay actualmente 150. Lynch calcula que, dada la velocidad con que crece el agujero, se llegue al nivel alcanzado el día 5 de octubre de 1987, cuando bajó a 109 unidades, lo cual se considera un récord.

Pegún los científicos, el tamaño del agujero que se ha formado en el Polo Sur llegará a ser este año varias veces mayor que el propio continente antártico, y, como consecuencia, la población expuesta a los rayos del Sol será más vulnerable al cáncer de piel, cataratas y otras enfermedades, según Lynch. Los agujeros de ozono se cree que se forman cuando los vientos circulares de la estratosfera recorren las regiones en cuyas altitudes se encuentran cristales helados, con los cuales inician una reacción en cadena. En esta reacción, la clorina procedente de gases contaminantes reacciona una y otra vez destruyendo grandes cantidades de ozono.

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