Bravura y nobleza
Los cinco novillos de Jandilla lidiados ayer en Valladolid, en la corrida que suponía el séptimo festejo de la feria, terciados y justos de fuerza, pueden ser considerados un lote extraordinario en cuanto a bravura y nobleza.El cuarto fue devuelto a los corrales por cojo, y lo sustituyó otro de Ángela Rodríguez de Arce que destacó por su mansedumbre, que lo hacía ilidiable.
La terna de novilleros estaba compuesta por David Castro (Luguillano), Juan Serrano (Finito de Córdoba) y Julio Aparicio.
Lugillano y Finito de Córdoba cosecharon grandes ovaciones en sus primeros y cortaron sendas orejas en los segundos, dejando una agradable impresión entre el respetable. Julio Aparicio fue ovacionado en su primero y recibió una gran bronca en el segundo.
El público, que disfrutó de una excelente temperatura, llenó tres cuartos del aforo de la plaza.
