Un músico en libertad
El cantautor londinense Rory McLeod es un hombre-orquesta de características muy peculiares. Domina la armónica y la guitarra, canta con gran soltura e improvisa ritmos de acompañamiento con los pies, las chucharas o con cualquier objeto que caiga en sus manos. Como compositor es aceptable, y como letrista alterna el romanticismo con la ironía. Un artista completo, primitivo en sus planteamientos globales y muy certero en el tratamiento de los géneros que practica. Blues y foIk fundiéndose y alternándose en una sucesión de canciones que recuperan las tradiciones creadas por Guthrie, Dylan, los bluesmen negros y el edulcorado Jonathan Richman. Y todo bajo la perspectiva simplista de un hombre curtído en mil actuaciones callejeras. Ésa es su gran virtud.Posee la energía a la que sólo tienen acceso los artistas que se ven obligados a trabajar y a vivir en unos márgenes totalmente distintos a los que dominan el mundo actual de la música pop. Frente a la abusiva comercialidad imperante ofrecen sencillez, y con ello la sinceridad del que no tiene nada ni nadie con quien comprometerse. Una libertad absoluta y total que, mientras unos rechazan en el transcurso del camino en busca del éxito, otros tratan de mantener con uñas y dientes. Es la razón de ser de su música y la principal fuente de una credibilidad escénica e interpretativa imprescindible para un cantautor de sus características.
Rory McLeod
Rory McLeod (voz, guitarra acústica, armónica y percusiones). Madrid, Sala Elígeme. Lunes 18 de septiembre.
Músico perteneciente a una generación de cronistas británicos tan minoritarios como prestigiosos, en la comprometida línea de Billy Bragg, McLeod ha presentado en nuestro país su último elepé, Footsteps and heartbeats. No es fácil encontrar en Madrid locales que admitan este tipo de recitales, de carácter intimista, en los que el intérprete contacta con el público sin la ayuda de agentes externos. La sala Elígeme presentó, para la primera de las dos actuaciones de un McLeod ansioso por comunicarse con sus oyentes, una entrada prudente, en la que un sutil fondo sonoro formado por vasos, hielos y voces contribuía a que la ambientación fuese perfecta.
Magnífico con la armónica y con las voces, muy seguro con la guitarra stide y divertido y funcional en las percusiones, carece del comercial sentido de la composición de Richman. Sus recursos rítmicos y musica!es son, sin embargo, muy superiores, y el conjunto de su trabajo resulta globalmente más serio, cálido, urbano y creíble que el del eternamente aniñado intérprete norteamericano.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Sánchez pide a sus ministros medidas sociales para 2026 que no tengan que pasar por el Congreso
Cinco películas para recordar a Brigitte Bardot, la musa del cine francés
Menos absentismo y más éxito académico: los resultados del programa educativo que eliminó Rajoy y rescató el Gobierno
De las gildas ‘pijas’ a los campeonatos de ‘fast food’: las modas gastronómicas más irritantes de 2025
Lo más visto
- Europa entra en estado de alerta ante la embestida estratégica de Trump
- ¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- La larga sombra del hijo único: China paga con una crisis demográfica su mayor experimento social
- El giro del PP con Vox: de prometer no gobernar con la extrema derecha a normalizarlo tras el resultado en Extremadura




























































