Bush reitera a Eltsin su apoyo a la 'perestroika' impulsada por Gorbachov
El presidente norteamericano, George Bush, después de dudar durante dos días sobre la conveniencia de su acción, decidió finalmente ayer "saludar" en la Casa Blanca al diputado aperturista soviético Boris Eltsin para hacer votos "por el éxito del movimiento reformista en la Unión Soviética" y recordar su "positiva relación" con el máximo, líder de la URSS, Mijail Gorbachov.
Bush aprovechó una visita de Eltsin a la mansión presidencial para entrevistarse con el asesor de seguridad nacional, general Brent Scowcroft, para irrumpir en la reunión y dar la bienvenida al político soviético, cuyas ideas liberales le valieron en 1987 su expulsión del Politburó y su cese como jefe del partido comunista de Moscú.Hasta el último momento, Bush no tuvo claro si debía o no reunirse con Eltsin. Finalmente, optó por lo primero y ordenó una puesta en escena de acuerdo con las circunstancias. En un comunicado redactado con vaselina claramente destinado a no ofender a Gorbachov, la Casa Blanca anunció que Eltsin había mantenido una reunión de una hora con Scowcroft y que, aprovechando la vista, Bush "había entrado [en el despacho del asesesor de seguridad nacional] para saludar a Eltsin durante aproximadamente 15 minutos".
En el curso de la conversación, Bush hizo una evaluación de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y la URSS que, en su opinión, se encuentran "en buena forma" y recordó su "relación muy positiva con el secretario general Gorbachov". El comunicado terminaba con unas palabras más dirigidas a tranquilizar al Kremlin que a informar a la opinión pública norteamericana. "El presidente reiteró su apoyo a la perestroika y subrayó que el pueblo norteamericano compartía su esperanza en el triunfo del movimiento reformista en la Unión Soviética".
La reunión con Bush, disfrada por la Administración como encuentro y no como entrevista, había sido solicitada por Eltsin, cuyas críticas a Gorbachov por lo que califica de lentitud en el movimiento de apertura en la Unión Soviética son de sobra conocidas. Precisamente en unas declaraciones hechas en Nueva York a las 48 horas de su llegada a EE UU el pasado sábado, Eltsin, que copreside el grupo reformista organizado en el Congreso de los Diputados de la URSS, manifestó que a Gorbachov le quedaban entre seis meses y un año para que el pueblo soviético pudiera ver los resultados de su programa de restructuración económica. Si no triunfa en su empeño, advirtió, Gorbachov tendrá que enfrentarse a "una revolución desde abajo".
Eltsin, que se ha declarado fascinado por los norteamericanos y su sistema político, realiza una visita de ocho días a EE UU. El diputado soviético se reunió también con el vicepresidente Dan Quayle, representante de la línea dura del Partido Republicano y con el secretario de Estado, James Baker.
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