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El consejo de la Banca del Lavoro acepta la dimisión del presidente y del director general

El Consejo de Administración de la Banca Nazionale del Lavoro (BNL) aceptó ayer, en sesión extraordinaria que se prolongó por espacio de seis horas, las dimisiones del presidente de la entidad, Nerio Nesi, y del director general, Giacomo Pedde, presentadas como consecuencia del escándalo descubierto en la filial que el banco, cuyo principal accionista es el Ministerio del Tesoro italiano, tiene en Atlanta (Estados Unidos).

Allí, su hasta ahora director, Christopher Drogoul, de 36 años, ya cesado, despedido y denunciado ante los tribunales italianos, concedió a Irak, a través de aproximadamente 2.500 operaciones ilícitas, créditos por valor de unos 350.000 millones de pesetas. Los créditos fueron otorgados sin la preceptiva autorización de la Banca Nazionale del Lavoro Norteamérica. Irak habría podido utilizar el dinero para comprar productos de empresas occidentales. Sobre el escándalo acecha la sombra del tráfico de armas.Lo que la cúpula de la BNL ha llamado la "mascalzonata de Drogoul", la financiación no autorizada en la que el primer banco público italiano arriesgó alrededor de 350.000 millones de pesetas -cuando el patrimonio neto de la entidad ha sido valorado, justamente en estos días, en unos 450.000 millones-, se destapó hace unas semanas, oficialmente en la noche del 4 al 5 de agosto, con una llamada urgente del Banco de Italia a la cúpula italiana de la BNL, dándole cuenta de una información de la Reserva Federal norteamericana, puesta sobre la pista por el FBI. En esta cadena de avisos se hablaba de presuntas irregularidades contables y posibles fraudes fiscales protagonizados por la filial del banco italiano en Atlanta.

Un 'yuppy' de 36 años

El asunto fue puesto en conocimiento del FBI por uno de los 22 empleados de la filial estadounidense, irritado a partes iguales por las fanfarronerías del director local, Christopher Drogoul, un yuppy de 36 años, de origen franco- argelino y ascensión meteórica en la empresa, y por las vertiginosas operaciones que se hacían allí hacia Irak sin que Roma lo comiera o lo bebiera.

A través de la filial de Atlanta, el Gobierno de Sadam Hussein habría recibido maquinaria, instalaciones industriales, productos de la General Motors y géneros alimenticios.

El FBI encontró en casa de Drogoul un computador, una especie de banco paralelo, en el que se registraban 2.500 salidas de créditos, 2.000 de los cuales estaban avalados por el Commodity Credit Corporation y las otras 500 sólo por Irak, tráficos que el director de la filial de Atlanta ocultó no sólo al resto de las oficinas, de la BNL en los Estados Unidos -Nueva York, Chicago, Miami y Los Ángeles- sino también al cuartel general de Via Veneto, en Roma.

Ayer, a las cuatro de la tarde, el consejo de administración del primer banco público italiano se reunió a puerta cerrada. En la reunión, según se había anunciado, presentarían la dimisión el presidente y el director general de la entidad. Por la mañana, los ministros del Tesoro y del Presupuesto, el director general del Tesoro y el director general del Banco de Italia celebraron un enésimo encuentro para estudiar la situación.

La pregunta en el aire es cómo un mero director de filial pudo financiar intercambios comerciales con Irak sin coberturas o complicidades nacionales. De confirmarse algunas investigaciones del FBI, al escándalo financiero se uniría la hipótesis de un plan orgánico de abastecimiento militar al Gobierno iraquí, favorecido por algunos sectores de la política norteamericana, con la complicidad de empresas multinacionales.

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