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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La odisea del conocimiento

LA SONDA espacial norteamericana Voyager 2 la tenido en vilo a medio mundo desde que se anunció que ese vehículo automático se disponía a aproximarse, el 25 de agosto, a 4.800 kilómetros de la atmósfera del planeta Neptuno y a 38.000 kilómetros de su luna Tritón. Estos cuerpos celestes eran, junto a Plutón y su luna Charón, los más desconocidos del sistema solar. Estaban rodeados de un halo de misterio y penumbras. Pero ahora, un ingenio fabricado por el hombre con tecnología de hace casi 20 años, que ha logrado recorrer alrededor de 5.000 millones de kilómetros a lo largo de 12 años, ha desvelado parte de esos misterios. El conocimiento humano se ha ampliado gracias a un artefacto de poco más de 800 kilos y a la pericia de sus creadores. La sonda espacial Voyager 2, un vehículo de diseño artesanal, formará parte a partir de ahora de las páginas más gloriosas de la conquista del espacio por el hombre, iniciada en la década de los cincuenta.Esa odisea espacial, que ha inspirado ya a numerosos escritores y cineastas, la ha hecho realidad un grupo de científicos que trabajan para la NASA en el Jet Propulsion laboratory de Pasadena, en California. Han pasado casi 20 años desde que se inició un proyecto que ha costado a los norteamericanos 860 millones de dólares, es decir, poco más de 30 centavos de dólar al año por habitante. Muy poco si se compara con otros programas espaciales cuyos objetivos son mucho más oscuros que las imágenes captadas por la Voyager 2 y su gemela Voyager 1 a lo largo de estos 12 años. De hecho, algunos científicos se preguntan si no sería conveniente centrarse más en este tipo de misiones automáticas y reducir las tripuladas.

Ahora que se acerca la fecha de 1992, en que también se va a celebrar el Año Internacional del Espacio, los científicos y los políticos de las grandes potencias mundiales reflexionan juntos para hacer de la carrera espacial un capítulo histórico que revierta en beneficio de la humanidad. Muchos de los problemas de la Tierra pueden tener solución a través del espacio, pero la explotación del cosmos, en sus distintas facetas, debe ser racional y controlada. No sería admisible que se cometieran en el espacio los mismos errores que hoy lamentamos respecto a la explotación de los recursos terrestres.

Éste ha sido sin duda un gran éxito de la ciencia y la tecnología modernas aplicadas a un proyecto de paz. En este proyecto han participado activamente, desde la estación de satélites de Robledo de Chavela, en Madrid, unos 180 técnicos españoles del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que durante estos últimos días han desarrollado una encomiable labor en su contacto diario con la sonda viajera. Las últimas órdenes enviadas a la nave para que realizara los giros y las fotografías adecuadas se enviaron desde Robledo. La sonda artificial respondió con creces a las órdenes que le llegaron desde territorio español. El mensaje que porta la Voyager 2 no es un mensaje orgulloso. Miles de caracteres registrados en un disco dorado que va acoplado a la nave espacial a modo de estandarte tratan de mostrar a alguna lejana civilización lo que es este punto del universo que llamamos Tierra y cuáles son los sonidos, colores y formas que lo habitan, Tal vez algún día alguien pueda escucharlo y respondernos.

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