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Desconvocada la protesta ferroviaria en Polonia tras el llamamiento de Walesa

Los obreros ferroviarios de la ciudad de Lodz, que amenazaban con paralizar el transporte en todo el centro de Polonia, desconvocaron ayer su protesta después del llamamiento del líder de Solidaridad, Lech Walesa, quien había calificado la huelga de "una provocación contra el Gobierno del nuevo primer ministro, Tadeusz Mazowiecki". La desconvocatoria constituye un triunfo político para Walesa, y, por consiguiente, para Tadeusz Mazowiecki. Con su llamamiento del pasado viernes, el líder de Solidaridad se arriesgaba a quedar en ridículo en caso de no ser obedecido por los obreros.

En el momento actual, las únicas huelgas en Polonia son las protestas de las obreras de una planta de producción de carbón de coque en Silesia y del servicio de socorro de la misma región.Mientras se producía la noticia, el nuevo primer ministro polaco se encontraba ayer en el más importante centro religioso de Polonia, el monasterio de Jasna Gora, en Czestochowa, con el cardenal primado de Polonia, Jozef Glemp, y otros jerarcas de la Iglesia católica. En una ceremonia celebrada al aire libre, con motivo de la fiesta patronal de la Virgen Negra, a la que asistieron unas 300.000 personas, Jozef Glemp exhortó a los trabajadores polacos a abstenerse de participar en las huelgas y actos de protesta, en señal de apoyo al nuevo Gobierno.

El cardenal primado pidió a los obreros que se mantengan en calma y no recurran a la protesta laboral en momentos tan delicados para el país. En definitiva, solicitó apoyo para Mazowiecki. "Ahora es necesaria la sabiduría y la unidad", subrayó Glemp.

Pese a su clara orientación democristiana y fuerte vinculación a la jerarquía católica, de la que hizo gala ayer, el primer ministro se pronunció en una reciente conferencia de prensa en contra de "la sustitución de un Estado ideológico por otro". En esa misma ocasión, Mazowiecki dijo estar en contra del aborto, pero también contra su penalización.

En el papel que juega la Iglesia católica en Polonia influirá, sin duda, la llegada a Varsovia del primer nuncio apostólico desde la II Guerra Mundial, que se espera para primeros de septiembre. El nuncio apostólico, designado ayer por el Papa, es Jozef Kowalczy, de 50 años un sacerdote polaco residente desde hace diez años en el Vaticano.

El presidente de Polonia, Wojciech JaruzeIski, a su vez, nombró ayer al embajador en la Santa Sede, según informó la agencia oficial PAP. Se trata de Jerzy Kuberski. Es la primera vez que Polonia y la Santa Sede intercambian embajadores desde la instauración del Gobierno 1945, y es consecuencia del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, el pasado 17 de julio. Polonia es el único país miembro del Pacto de Varsovia que ha establecido relaciones diplomáticas con la Santa Sede.

Visita del jefe del KGB

El diario del Ejército polaco Zolnierz Wolnosci, aludiendo a la elección de Mazowiecki, reiteraba ayer la lealtad de los militares polacos al Estado. No obstante, el órgano del Ejército expresaba la esperanza de que "los valores izquierdistas" no queden eliminados de la vida del Ejército y del país.[Por otro lado, el primer ministro polaco se entrevistó ayer con el jefe del KGB de la URSS, VIadimir Kriuchkov, que se encuentra en Polonia de "visita de trabajo". Kriuchkov, que previamente había sido recibido por el presidente polaco, Jaruzelski, declaró que "Mazowiecki es uno hombre muy interesante", que había hablado con él sobre la perestroika soviética y que no existían motivos de preocupación en Moscú por los cambios políticos en Polonia, informa Reuter].

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