La federación, amenazada

Hay algo de irónico en el desafío lanzado al Kremlin por los centenares de miles de habitantes de los países bálticos que han convertido en manifestación independenlista la celebración del 50º aniversario del pacto germanosoviético de 1939. Ningún dirigente soviético ha hecho tanto como Mijail Gorbachov por liberar a su país de la herencia estalinista. Gracias a sus esfuerzos, y en nombre de la transparencia, en la URSS se ha reconocido la verdad sobre los protocolos secretos firmados en aquella ocasión.De todos los problemas que suscita el movimiento nacionalista en la URSS, el de los países bálticos plantea una directa amenaza a la existencia de la federación de repúblicas, al menos en cuanto a sus fronteras actuales se refiere.

Pero lo esencial no consiste en saber hasta dónde puede llevar un debate histórico. La cuestión estriba en saber hasta dónde pueden llegar las reivindicaciones nacionalistas bálticas, así como de cuánta tolerancia puede hacer gala el Kremlin sin llegar a abrir la más inquietante de las cajas de Pandora.

Gorbachov ha optado por el diálogo, al menos cuando éste se ha revelado posible. Para aligerar tales tensiones, tal ha sido el caso hasta este momento. Pero con los nacionalistas bálticos, ¿puede contar el líder soviético con que los dirigentes de los diferentes frentes populares muestren la suficiente prudencia como para evitar una explosión?

25 de agosto