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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Conservar el Retiro

Le escribo con relación a la información aparecida en este diario el 18 del presente, cuyo titular reza así: La falta de agua y jardineros seca praderas y árboles del Retiro.Por fortuna, el Ayuntamiento de Madrid no tiene en este momento ninguna campaña en la calle para la buena conservación de las calles, plazas y parques. De lo contrario, ¡qué ridículo!

Me pregunto con qué cara puede el Ayuntamiento o cualquier Administración pública pedirnos a nosotros, los ciudadanos de a pie, que individualmente vigilemos nuestros hábitos en favor de la ciudad. Digo yo que lo menos que se puede pedir en estos casos es organización y previsión para conservar lo poco que tenemos los madrileños...- Almudena Romero.

Leo en

el periódico (día 18 de agosto) de su dirección un reportaje sobre la alarmante situación del Retiro por la falta de atención y sobre todo de riego, y me viene al recuerdo otro informe sobre el mismo tema que leí en otro diario hace aproximadamente un mes.Si el motivo de la demora en el tratamiento de este terna fuese el intento de hacer más responsable de la situación al nuevo gobierno municipal, como en algún fragmento del artículo aparece, quisiera modestainente tratar de señalar el momento en que para mí se produjo la causa del actual deterioro. Quisiera recordar aquí a sus lectores la antigua concepción del parque, estructurado en polígonos delimitados por aligustre en cuyo interior se encontraban los árboles y arbustos. El suelo de estos pelígonos estaba labrado y el riego tenía lugar mediante un sistema de canales que cubrían todo el área del parque. Estos polígonos delimitaban una red de paseos de tierra (hoy muchos de asfalto) y eran prácticamente inexistentes las praderas de césped.

La densidad del arbolado era bastante mayor que ahora, por lo que, salvo en los grandes espacios abiertos como estanque o Palacio de Cristal, una gran parte de la superficie del parque permanecía en umbría, con la consiguiente menor pérdida de humedad por efecto del sol.

Fue en el año 1968 -lo presencié en directo-, siendo alcalde de Madrid el señor Arias Navarro, cuando se transformó ra dicalmente nuestro Retiro. Se taló un gran número de árboles para hacer las actuales praderas inspirándose sin duda en los parques londinenses. Esta transfor mación fue aplaudida en la época, como otras realizaciones del citado aicalde, al que se dio faina de modernizador de Madrid (supresión de tranvías y bulevares, demolición de palacetes de la Castellana, scalextric, etcétera). Sin ser un técnico en la materia, pienso que en Londres es la humedad ambiente la que mantiene las praderas de césped, mientras que en Madrid es preciso aportar grandes cantidades de agua que, por suerte o por desgracia, no tenemos.

¿Tendrá que ver esa transformación, sin duda poco estudiada y apoyada en el esnobismo de la época, con la actual degradación de nuestro querido parque? Cuesta creer que haya sobrevivido varios siglos, con sequías posiblemente más graves que las actuales y sin los cuidados y conocimientos técnicos de nuestra época.

¿No estaremos pagando ahora la factura de la metedura de pata de 1968? Si así fuese,debería actuarse como se ha hecho ante otras modernidades del señor Arias (scalextric de Atocha, conservación de antiguas fáchadas y los escasos bulevares supervivientes). ¿Sería más costoso devolver el Retiro a su estado original que desmontar el paso de Atocha? Al menos reflexionemos sobre el tema.-Víctor J. Puente.

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