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TERCERA VISITA DEL PAPA A ESPAÑA

Discrepancias por la organización entre la Xunta y el arzobispado

Xosé Hermida

XOSÉ HERMIDA La Xunta y el arzobispado de Santiago han mantenido durante los últimos meses importantes discrepancias sobre la organización de la visita del Papa a Galicia, pese a que se ha intentado ofrecer públicamente una imagen de absoluta unidad de criterio. Fuentes eclesiásticas señalaron a este diario que el arzobispo Antonio Rouco Varela, de conocida ideología conservadora, está muy molesto con la actitud del Gobierno gallego, al que culpa de preocuparse únicamente por la rentabilidad política del viaje de Juan Pablo II.

La organización de los actos estrictamente religiosos corre a cargo de la Iglesia, que dispone en estos momentos de más de 3.000 voluntarios. Para afrontar los problemas de hospedaje, sanidad y orden público, y las obras de acondicionamiento del monte donde el Papa se dirigirá a la multitud de jóvenes, se creó hace varios meses una comisión integrada por representantes de la Xunta, la Administración central, el Ayuntamiento de Santiago de Compostela y la Iglesia.

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Esta comisión ha sido escenario de algunas fricciones, principalmente entre las autoridades eclesiásticas y los miembros del Gobierno gallego. Según fuentes próximas al arzobispado, los representantes de la Iglesia han chocado en varias ocasiones con los proyectos de la Xunta, que, en su opinión, han incidido sobre todo en cuestiones protocolarias, en un intento de sacar partido de la visita en vísperas de las elecciones autonómicas. En este sentido, el Ejecutivo que preside el socialista Fernando González Laxe ha solicitado celebrar una recepción aparte con el Papa, que por el momento no figura en el programa oficial de actos.

Frenesí inaugurador

La Xunta asegura que ha invertido alrededor de 200 millones de pesetas en la visita, aunque el vicepresidente Javier Suárez Vence reconoce que la cantidad podría incrementarse una vez que se realice el balance final. Suárez Vence, que durante los últimos meses apenas ha tenido otra ocupación que encargarse de los preparativos del acontecimiento, manifiesta que la Administración autonómica ha asumido esta responsabilidad "porque tenemos la obligación de intervenir ante el viaje de un jefe de Estado y porque hemos interpretado que hay un arraígo confesional evidente".

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El Gobierno gallego también ha aprovechado las obras realizadas ante la visita del Papa para profundizar en su frenética política de inauguraciones de las últimas semanas. Así, el pasado sábado se registró un insólito despliegue de autoridades, encabezadas por el secretario general de los socialistas gallegos y conselleiro de Ordenación del Territorio, Antolín Sánchez Presedo, para inaugurar el asfaltado de un tramo de carretera de apenas 500 metros por el que pasaba el antiguo Camino de Santiago. Las obras, que están aún sin terminar, se hicieron con trabajadores portugueses que entraron en Espana en condiciones irregulares.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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