_
_
_
_

La eternidad cuesta un mausoleo

La última moda en Italia es construirse en vida un monumento funerario

Juan Arias

En Italia, el símbolo moderno de la distinción no es poseer un Masserati fuera de serie, un avión particular o un velero de 24 metros. El que quiere presumir de verdadero VIP (very important person) tiene que construirse en vida su monumento funerario, porque mientras lo demás es efímero, la tumba -como en los tiempos de los faraones- tiene, se dice, un cierto "valor de eternidad". Por eso, los célebres personajes de la vida italiana buscan a los arquitectos de moda para que les construyan sus mansiones para la otra vida, como si en ella fueran también a ser reyes.

Más información
El panteón de Gil y Gil

Silvio Berlusconi, rey de la televisión privada y uno de los grandes emergentes de este país, todo el dia en vuelos internacionales, ha acudido a un arquitecto de moda, Pietro Cascella, que vive en un fantástico castillo rehabilitado en Garfagnana, para que le prepare su monumento "más allá del tiempo".Al parecer, dicha construcción debía haber estado ultimada para junio, pero Berlusconi ha querido las cosas a lo grande: los mejores materiales y la máxima originalidad. Ha exigido que sea el mismo arquitecto quien escoja el mármol que va a usar. Se trata de un conjunto de paralepípedos que serán montados con un juego de geometría y que deberá estar acabado para este otoño. Lo que aún no se sabe es en cuál de los jardines de sus dos fabulosas residencias el hombre de la televisión piensa colocar su castillo funerario. Aunque sus amigos ya han querido subrayar que más que una "capilla funeraria" se va a tratar de un "lugar de pensamientos de vida", no un monumento de muerte".

Quizá Berlusconi se ha inspirado en la excentricidad de Guido Ceronetti, quien ha lanzado la idea de que estos monumentos funerarios en realidad son "el lugar más riente y hospitalario" y que deberían servir como lugar de reunión y de conversación del propietario con sus amigos íntimos. Eso sí, se subraya, para hablar de la vida y no de la muerte, y, sobre todo evitando comentarios como "¡Qué bien te encuentro, estás como rejuvenecido!", que desentonarían en aquel sitio. Mejor hablar de filosofía, de la belleza de la naturaleza sin conta minar, es decir de lo que tiene "sabor eterno de tierra".

Monumentos 'firmados'

Lo cierto es que a los arquitectos mejores y a los más famosos se los están rifando los nuevos grandes, porque deben ser monumentos firmados. De ahí el que esté surgiendo una verdadera arquitectura funeraria en la que se están especializando grandes firmas como Arnaldo Pomodoro, Massimo Scolari y Alessandro Anselmi, además de Cascella, el artista de Berlusconi. La revista de arquitectura Lotus International le ha dedicado un número monográfico al tema funerario.

Esto esta dirigido a los nuevos faraones, que ya no soportan que un día sus huesos puedan estar codo a codo con los de los otros pobres mortales. Pero, lógicamente, también los pobres mortales, acuciados por esta fiebre de "belleza de inmortalidad" de los grandes, están aumentando sus exigencias. Y las agencias de pompas fúnebres se están modernizando y ofrecen cada vez cosas más in, más exquisitas, como, por ejemplo, coches fúnebres con aire acondicionado. Y existe una publicación, no en venta, llamada La Esfinge, que se distribuye gratis a las 4.000 agencias funerarias italianas, en la que se anuncian las últimas novedades en la materia. El lenguaje es tan sofisticado en una sociedad como la italiana en la que la palabra muerte no se puede pronunciar y donde se hace, no la señal de la cruz, o un gesto de respeto al paso de un coche fúnebre sino los cuernos, que a veces parece como si estuviesen anunciando viajes exóticos o ventas de chalés adosados o de lujo.

Lo importante es que de nosotros, tan olvidados y anónimos aquí abajo en vida, quede, como dice la publicidad, "un signo inequívoco entregado a la posteridad".

Y los que no pueden permitirse el lujo del lugar privado y del arquitecto genial para su "último chalé", buscan por lo menos que sus restos reposen en el cementerio mejor. De ahí que, por ejemplo, el cementerio central de Milán esté considerado el solar más caro del pais: 1.100.000 pesetas el metro cuadrado, mientras que en Roma, el célebre Cementerio del Verano, está ya completo desde 1969, y la gente tiene que contentarse con ir a descansar al de las afueras, el popular Prima Porta.

Abadías y conventos

Los que pueden buscan un lugar en abadías y conventos famosos, para estar más tranquilos. En Roma, un lugar de lujo es la cripta de la basílica de Santa María la Mayor, de la cual fue canónigo Francisco Franco, ya que el oro que reviste el techo fue traído de América por los españoles. En dicha cripta reposan miembros de la aristocracia, como los Borghese y los Pallavicini.

Por su parte, los verdes y la institución ecologista Italia Nostra está lanzando una campaña para que el Gobierno liberalice por completo la cremación. El eslogan es: "No borra el recuerdo, no quema el alma, no es pecado y no ocupa espacio".

También se lleva el enterramiento ecológico, es decir, en el verde, fuera del cemento de las ciudades. Por ejemplo, Citati, el escritor y crítico literario de La Repubblica, ha escrito: "Hagamos que nos entierren en nuestros jardines, cerca de las encinas, de los chopos, de las mimosas y de los rosales". ¿Y los que no tienen jardín propio? Ningún problema, responde el escritor: "Que se le entierre en el campo, en los bosques".

La idea de la tumba mausoleo dentro del propio jardín es la solución que también han buscado los Agnelli, los Crespi, los Brion. Otros han buscado algo intermedio: el cementerio de provincia, "casi un jardín", como ha hecho la célebre periodista Oriana Fallaci, que ha buscado un lugar bucólico en el camposanto de los laureles en las afueras de Florencia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_