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Pekín desmiente que Deng se esté muriendo

Fuentes oficiales se negaron a comentar ayer en Pekín informaciones procedentes de Japón según las cuales, el líder chino Deng Xiaoping se hallaba en estado crítico enfermo de cáncer. La agencia de prensa china Xinhua en Hong Kong se limitó a emitir un comunicado calificando la noticia de "pura especulación".La agencia japonesa Jiji informaba ayer en Tokio que Deng había ingresesado en el hospital hace unos días en la localidad costera de Beidahe aquejado de un cáncer avanzado de laringe y de próstata. Estas fuentes afirmaban que Deng, de 84 años, había recibido el miércoles pasado la visita de sus dos más distinguidos compañeros en el poder, Jiang Zemin, secretario general del partido comunista, y el presidente Yang Shankung. Al parecer, se estudiaba el traslado a una clínica en Pekín para que Deng recibiera los mejores cuidados.

Es normal que los líderes chinos se refugien en Beidahe, al noeste de la capital, durante el caluroso mes de agosto. Aunque este año no se ha producido el éxodo habitual de dirigentes a la localidad veraniega debido al derramamiento de sangre por los sucesos de la plaza Tienanamen, Deng tiene una residencia en Beidahe. No es ésta la primera vez que se rumorea que Deng se halla gravemente enfermo. Durante las manifestaciones en favor de la democracia de mayo pasado se produjo una ausencia de Deng de la vista pública, y ello dio pábulo a rumores de que había muerto, se hallaba enfermo, o había sido desplazado en una lucha por el poder. No es sorprendente que el ministerio de Asuntos Exteriores en Pekín no haya querido comentar nada, porque no sería raro que la noticia no se hiciera pública hasta días o semanas de su muerte. Xinhua, en cualquier caso, se considera un portavoz gubernamental.

La muerte de Deng tendría enormes repercusiones. Aunque su estatura política no ha alcanzado las dimensiones míticas de la de Mao Zedong, es hoy el poder efectivo en China. De otro lado, no tiene un claro sucesor, aunque quizás el presidente Yang sería el más obvio candidato a corto plazo. Parece muy probable, al mismo tiempo, que su desaparición desencadenara una lucha por el poder entre los ideólogos de la línea dura, que parecen haber ganado puntos desde los sucesos de mayo, y los partidarios del propio Deng que defienden una política de apertura económica, y otros más liberales, que favorecen la continuación de la ahora congelada reforma política que inició el propio Deng.

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