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O limpia el agua o le tiramos al pilón

Los vecinos de Vega de Infanzones recurren al levantamiento popular contra la suciedad de su río

Los niños de Vega de Infanzones nunca van a jugar al río. Ya hace 12 años que sus aguas negras, altamente contaminadas y con un olor nauseabundo, no contienen un bicho viviente. La causa son los vertidos sin depuración de la ciudad de León (a 14 kilómetros) y de una docena de empresas, principalmente los de Antibióticos, SA. Al río Bernesga "le ha matado el progreso de otros", y los 500 habitantes del pueblo han recurrido al levantamiento popular para reivindicar la limpieza del río y sus riberas. Hace una semana retuvieron dos horas al director de la factoría, Luis Alberto Cuñado, a quien amenazaron: "Si el agua no baja limpia, le tiraremos al río".

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Los proyectos de depuración de las aguas, a pesar de la "voluntad política" no se harán realidad en el mejor de los casos hasta la fecha mítica de 1992. Mientras, se suceden las infecciones gastrointestinales y respiratorias."¿De qué color es la leche de esa vaca?", pregunta de forma inocente un niño mientras observa cómo bebe el animal de un reguero de agua negra. "Es increíble, pero la leche sigue siendo blanca", contesta la dueña de la vaca entendiendo la lógica duda del pequeño. Hace años que el médico del pueblo, José Vecino, aconseja que no se rieguen los cultivos con el agua del río, ni que los animales beban de ella. Esto es "muy perjudicial para la salud humana y puede ocasionar enfermedades graves", dice un informe sobre la situación sanitaria de la localidad.

La Delegación Territorial de Bienestar Social del Gobierno autónomo llegó a la misma conclusión tras realizar el análisis de las aguas en 1987. El resultado de las muestras obtenidas señalaba que el agua contenía una elevada concentración de amoniaco (134 miligramos por litro, cuando el límite máximo permitido es de 0,5 miligramos por litro), y un elevado porcentaje de bacterias fecales. Acercarse al caudal entraña un alto riesgo. Los insectos pueden transmitir enfermedades de carácter infeccioso.

El río Bernesga, a su paso por Vega de Infanzones, es una amplia e inmóvil charca negra, con un fuerte olor a podrido. Otros nueve pueblos de la ribera del Bernesga, con unas 4.000 personas, entre ellos Alija, Castrillo, Santa Olaja, Vilecha, Torneros y Sotico, se ven afectados por la contaminación, aunque en menor medida que Vega de Infanzones. El declive del pueblo empezó hace 12 años, dice el alcalde de Vega, Apolinar González, del PP, anterior presidente de la junta vecinal, "cuando Antibióticos empezó a echar en el río sus vertidos sin depurar". "No podemos dejar de regar. Si no regamos, ¿de qué vivimos?", se pregunta.

La dirección de Antibióticos, SA, empresa que pertenece actualmente a la multinacional italiana Montedison, reconoce que sus vertidos contaminan, pero "sólo un 20% del total", y culpa del resto a otras empresas colindantes y a los vertidos de la ciudad de León y del pueblo de San Andrés del Rabanedo, que suman juntos una población de 155.000 personas.

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En 1984 esta empresa fue requerida junto a otras para elaborar un proyecto de planta depuradora de aguas residuales. La construcción de la depuradora Anaerobia, de un coste aproximado a los 600 millones de pesetas, concluyó en 1987. La complejidad de los vertidos anuló la eficacia de la depuradora, que ahora se encuentra paralizada sin tan siquiera haber superado el período de prueba.

Por todo ello, los habitantes de Vega de Infanzones están dispuestos a trasladarse a León con bidones cargados con agua del río, y una vez allí, regar los jardínes de la ciudad, "a ver si así entienden el problema", afirma el alcalde.

"Lo que sabemos es que las lechugas, patatas y manzanas que vendemos en León, si decimos que son de aquí no nos comemos una rosca", apostilla en tono enfadado una de las vecinas. Narciso González cree tener la solución: "Si durante el tiempo que tenemos este problema los políticos no cobraran, ya verías qué pronto se acababa todo".

"De oca a oca..."

El Ayuntamiento de León, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y la empresa Antibióticos, SA, se pasan la patata caliente. A los vertidos en el río Bernesga de la empresa farmacéutica se suman los de otra docena de industrias que los efectúan a través del colector municipal, sin autorización legal, "por carecer de un proyecto de actuación", según José María de la Guía, presidente de la CHD. Éste es el caso de los mataderos Avelesa y Frilesa, Comercial Oblanca y la fábrica láctea Clesa.

El hecho es reconocido por el alcalde de León, Luis Diego Polo, del PP. El Ayuntamiento que preside no ha abonado a la CHD en los últimos dos años el canon de vertidos, de un importe total de 106 millones de pesetas. Antibióticos pagó a la CHD en 1987 y 1988 por este concepto otros 106 millones de pesetas.

Ninguna de las capitales de la región, a excepción de Burgos, cuenta con depuradora, y la inversión necesaria para limpiar los ríos de la cuenca del Duero sobrepasaría los 50.000 millones de pesetas, según la CHD.

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