Kashogui, libre bajo fianza de 10 millones de dólares
El multimillonario saudí Adnan Kashogui, acusado de participar en un fraude inmobiliario en Manhattan, respiró ayer en libertad después de pagar una fianza de 10 millones de dólares y comprometerse a no abandonar el distrito. El Tribunal de Apelaciones del Distrito de Manhattan había rechazado horas antes la petición de la fiscalía de suspender la libertad provisional concedida a Kashogui el pasado martes.
El intento del fiscal Charles Labella de bloquear la salida de Kashogui del Metropolitan Correctional Center quedó en eso, en un intento. El traficante de armas salió de la cárcel sonriente y subió a una limusina color plata que le llevó a su alojamiento en un lujoso apartamento en las Torres Olímpicas, uno de los edificios más caros de Manhattan. "Estoy deseoso de comenzar a trabajar en mi defensa y espero impaciente limpiar mi nombre en el juicio", dijo Kashogui en una declaración escrita que entregó a los cerca de 300 periodistas que esperaban su salida de la cárcel.Antes, los abogados de Kashogui habían depositado cinco millones de dólares en un cheque, además de otros cinco millones en avales inmobiliarios, para conseguir la salida del recluso. Kashogui está acusa de compar propiedades inmobiliarias con dinero del ex dictador filipino Ferdinand Marcos y de especular con obras de arte de propiedad pública filipina.
El juez John Keenan, que le informó del rechazo de la petición del Gobierno, explicó una vez más al detenido que no podrá deshacerse del brazalete electrónico que le fue colocado antes de salir de la cárcel y con el cual se le tiene localizado en la zona donde ha sido asignado, el distrito siete de Nueva York.
El traficante de armas, que en todos momento ha colaborado con la Justicia norteamericana, prometió al juez cumplir a rajatabla todas las exigencias que aparecen en el auto de libertad provisional. "Quiero asegurarle que cumpliré, porque valoro mi relaciones con Estados Unidos", dijo. El juez le amenazó que cualquier desliz le situaría en una posición de rebeldía ante el juicio fijado en principio para marzo.
