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Miguel Ángel Zapater: "Tener voz de bajo me beneficia"

El joven cantante ofrece esta noche un recital en Gijón y el sábado canta en Peralada

Las buenas voces de bajo no abundan en la ópera, y cuando surge un cantante que posee un bello y potente registro grave, los directores artísticos de los teatros líricos toman buena nota. España nunca ha destacado por haber dado a la ópera voces graves, y cuando aparece un bajo con posibles ve con asombro que se le abren las puertas de la lírica. Éste es el caso de Miguel Ángel Zapater, que con 25 años ha visto que su sueño de ser cantante de ópera se hacía realidad antes de lo esperado. "No puedo negar que tener voz de bajo me beneficia", dice.

Miguel Ángel Zapater canta esta noche en la plaza de toros de Gijón acompañado por los Solistas de la Orquesta del Metropolitan de Nueva York, y el sábado estará en Peralada (Gerona) para participar en el Mesías, de Haendel, que se ofrece en el marco del festival de música de esta población catalana y en el que ya participó el día de su inauguración.La ilusión parece desbordar a este joven cantante, a quien gustan todos los estilos y todos los papeles importantes de bajo del repertorio operístico -lo dramático y lo buffo, Mozart, Verdi, Wagner y la ópera rusa-, aunque su norma es la prudencia, se apresura a decir. "La prudencia es fundamental para una carrera bien hecha, y me resistiré a aceptar aquellos papeles que mi voz todavía no pueda abordar", sentencia convencido.

Hijo de músico castrense, Miguel Ángel Zapater nació en Melilla, donde su padre estaba destinado, pero la mayor parte de su vida ha trascurrido en Oviedo. Su padre fue su primer maestro y quien descubrió sus posibilidades vocales. "De pequeño cantaba en el coro del colegio y estudiaba clarinete con mi padre. La música era mi pasión y quería dedicarme a ella, pero nunca había pensado en ser cantante", explica. En 1986, una beca del Principado de Asturias para estudiar en Madrid le animó a probar suerte en el estudio del canto.

Pese a haber trabajado un año y medio en el Coro Nacional de España, que le permitió actuar como solista, su sueño de ser cantante de ópera se materializó gracias a la colaboración de Montserrat Caballé. "En noviembre del año pasado me, inscribí en unas clases magistrales que ella dictó en Madrid y mi voz la sorprendió gratamente. Me recomendó a su hermano, agente artístico, que me facilitó mi debú operístico en el mundo de la ópera. Y aquí .estoy, sin saber si debo creerme o no lo que me está pasando", explica.

Miguel Angel Zapater pisó por primera vez un escenario el pasado 8 de marzo en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, cantando el personaje de Sparafucile de la ópera de Verdi Rigoletto, junto a Alfredo Kraus, John Rawnsley y Patricia Wise.

Cantar junto a tan importantes nombres no asustó a este joven bajo que asegura haberse sentido muy a gusto. "En ningún momento tuve nervios", explica, "era como si mis cualidades se multiplicaran".

Los primeros compromisos artísticos han modificado un poco la vida de Miguel Ángel Zapater. "Lo que más me pesa es tener que estar lejos de mi familia", asegura.

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