Del 'Azor' a los patos
La familia González Romero no pasará sus vacaciones en Mallorca por culpa de la Prensa, según dio a entender ayer el presidente del Gobierno, Felipe González.Cuando hace cuatro años decidió veranear en Baleares, el jefe del Ejecutivo español alcanzó, según recordó ayer, un acuerdo" con periodistas y fotógrafos que consistió "en dedicarles dos horas nada más llegar al archipiélago" a cambio de que a continuación le dejasen en paz. "Pero no fue así", afirmó, porque el pacto no fue respetado.
En 1985, el presidente González decidió realizar un crucero de dos días de duración por las costas portuguesas a bordo del yate Azor -el mismo que utilizaba el general Franco para sus excursiones de pesca y sus vacaciones- lo que valió al presidente fuertes críticas. Más tarde el yate estuvo anclado en el puerto de Palma mientras duró la estancia del presidente en la isla mallorquina, hecho que suscitó la expectación de todos los medios de comunicación.
Para evitar el acoso al que fue sometido entonces por los periodistas, González descansará de nuevo este año en el Coto de Doñana, que es inaccesihle a la prensa gráfica y escrita. La familia presidencial tiene decidido desde hace tiempo volver a su tradicional refugio veraniego "y así lo habíamos avisado", afirmó González antes de ironizar sobre las especulaciones de tres diarios cuyas cabeceras no citó.
Un rotativo aseguró, según González, que Carmen Romero se encontraba en Mallorca buscando casa para el verano 11 cuando justamente estábamos cenando en Moncloa% otro periódico sostuvo "que ya la habíamos encontrado en el Puerto de Santa María" (Cádiz) y un tercer diario indicó que la familia González Romero todavía no había elegido lugar pero que, bajo ningún concepto, repetiría vacaciones en Doñana.
En este caso las especulaciones de los medios de comunicación parecen divertir al presidente pero cuando conciernen ,,al terrorismo, a supuestas decisiones que hemos tomado en esa materia, me preocupan mucho más", afirmó.
El jefe del Gobierno aprovechó su breve estancia en uno de los lugares más visitados de la costa mediterránea para vaticinar una caída de la industria turística, la primera de España que "ha tocado techo" después de haber alcanzado el año pasado la cifra récord de 54 millones de extranjeros y unos ingresos que rebasaron los dos billones de pesetas. "De ahora en adelante", aconsejó González, al turismo, "varnos a tener que cuidarlo; hacer su estancia más tranquila y alojarlo en lugares más habitables".
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