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Aguas revueltas

Mientras proliferan los parques acuáticos en la región, el de Madrid sigue siendo un enigma

El primer parque acuático en la Comunidad de Madrid se inauguró en julio de 1986: Aguapark, en Aranjuez. Desde entonces se ha ido abriendo uno nuevo cada año: Aquópolis, en Villanueva de la Cañada; El Acuático, en San Fernando de Henares, y Lagosur, que se puso en marcha el pasado miércoles. Entre la euforia ha surgido un patito feo: las instalaciones del nudo sur del Manzanares, en Madrid. Su apertura se anunció primero para el verano de 1988. Ahora resulta que no verá la luz por lo menos hasta 1990. Problemas de financiación convierten su construcción en un enigma.

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Miles de millones

La empresa británica Aquapark International, a través de su filial en España, Damar, S. A., es la encargada de poner en marcha el ambicioso proyecto del parque del nudo sur y de su explotación durante 30 años. Tras ese período, el centro pasará a manos del Ayuntamiento de Madrid. Problemas técnicos y Financieros, unidos a deficiencias en el diseño inicial del parque y en la gerencia de la empresa, han venido retrasando la ejecución de las obras de lo que se ha presentado como un elemento de diversión para los vecinos de la zona sur de la capital, la peor dotada en equipamientos colectivos."El tema está ahora mismo muy liado", reconoce Fernando Abelló, último gerente ejecutivo de Damar y actualmente consultor de la empresa. "Lo que sí está claro es que el proyecto, tal y como estaba concebido al comienzo, era una utopía. En estos momentos estamos buscando nuevos inversores que permitan acometer la obra, y tratando de renegociar con el Ayuntamiento las condiciones de la concesión".

Las inversiones totales calculadas para este parque, de más de 20 hectáreas, ascienden a 3.000 millones de pesetas. Las obras ejecutadas hasta ahora han supuesto alrededor de 800 millones. Para adjudicar la concesión, el Ayuntamiento exigió llevar a cabo una serie de proyectos adicionales, corno la urbanización de un tramo del río Manzanares y la creación de un parque público junto al complejo acuático; lo cual viene a costar en torno a los 800 millones, según Abelló.

Cuando Aquapark International comenzó a trabajar sobre el terreno, se encontró con que la parcela era un inmenso vertedero de materia orgánica, junto a la depuradora de la China. Remover millones de metros cúbicos para acondicionar el suelo añadió casi un año de demora a los planes. "Que se haga el parque interesa a todos, pero una cosa es lo que desea el Ayuntamiento y otra bien distinta las posibilidades que da para llevarlo a cabo", señala Abelló. "Hasta enero seguían chabolistas en la zona sin ser expropiados. Aún hoy continúan los problemas con unas líneas de alta tensión que cruzan el solar".

Dos conclusiones: con tantos trajines, el proyecto ha sido rehecho entero; por lo menos hasta 1990 no habrá toboganes junto al Manzanares.

Enrique Villoria, concejal de Obras Públicas, considera que este parque es un equipamiento interesante para la ciudad. "Por eso ayudaremos en lo posible para que se lleve a término, sin cambiar las bases sobre las que se adjudicó en concurso público. No queremos entrar en pleitos, ni que la obra se paralice. Quizá haya que replantearse algunos términos".

Río bravo en Leganés

Más fluida ha sido la trayectoria de Lagosur, promovido por el grupo español Parques Urbanos, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Leganés, y abierto el pasado miércoles dentro del complejo comercial y de ocio Parquesur, en Leganés (Parquesur, que contará con 300 tiendas, se abrirá el próximo mes de octubre). Sobre una superficie de 110.000 metros cuadrados, se ha construido en algo menos de 10 meses, con una inversión que supera los 1.000 millones de pesetas, según informa Ana Roldán.Las instalaciones se levantan en torno a una montaña de 17 metros de altura construida de forma artificial, acumulando 170.000 metros cúbicos de tierra. De ella parten cinco toboganes, cuatro pistas blandas y un río bravo, novedad en este tipo de instalaciones, con tres caídas simultáneas y un caudal de 80.000 litros por segundo.

La entrada cuesta 1.300 pesetas; y, una vez cerradas las atracciones, la superficie del parque se convertirá en un área de ambientación nocturna "para tomar copas y ver actuaciones hasta las dos de la madrugada".

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