Neofascistas y variopintos

Del todo a la derecha, el neofascista francés Jean Marie Le Pen no ha conseguido convencer a los republicanos alemanes a que accedan a sentarse en el hemiciclo al lado del Movimiento Social Italiano. El líder de la extrema derecha alemana, Franz Schoenhuber, acusa a los misinos de apoyar la "persecución" a la que Roma somete a la población de habla alemana del Tirol del Sur que los italianos llaman Alto Adigio.Schoenhuber aceptó finalmente desarrollar sólo "una cooperación técnico- administrativa" en el seno de un mismo grupo con sus correligionarios franceses y belgas flamencos porque, según dijo el miércoles en Múnich, sus socios reconocieron "el derecho de los alemanes a su reunificación" en el marco de las fronteras de 1937.

A diferencia de la extrema derecha, los verdes han logrado superar sus divergencias a última hora al doblegarse los grünen alemanes al grueso de las condiciones formuladas por el francés Antoine Waechter, que deseaba deshacerse de los daneses anti-CE y de algunos nacionalistas, como Carlos Garaikoetxea, que hasta ahora convivían con los ecologistas en el grupo Arco Iris. Entre los 30 integrantes del grupo verde sí va, en cambio, a figurar por ahora Bandrés.

El "patito feo"

Una docena de diputados regio, nalistas o nacionalistas, entre ellos Garaikoetxea y el andalucista Pedro Pacheco, continuarán formando parte de un grupo Arco Iris mermado, el más pequeño de la Asamblea, y entre los no inscritos figurará también el único eu roparlamentario de Herri Batasuna, Txema Montero, que se autodescribe como el patito feo" de Estrasburgo.Pero esta vez habrá dos, o incluso tres, "patitos feos" y todos ellos españoles. Como ningún grupo parece dispuesto a acogerle el empresario José María Ruíz Mateos y su yerno Carlos Perreau de Pinnick no tendrán mas remedio que apuntarse al grupo de los no inscritos y sentarse a escasos metros del europarlamentario de Herri Batasuna.

Al explosivo cóctel de los no inscritos se añadirá otro ingrediente: Los misinos italianos.