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PARLAMENTO EUROPEO

Un pacto púrpura y rosa

El entendimiento de socialistas y democristianos contrasta con las divergencias del resto de los grupos

La inminente elección de Enrique Barón Crespo a la presidencia del Parlamento Europeo en la sesión plenaria de esta semana es el resultado de un acuerdo entre los dos principales grupos parlamentarios que: pone de relieve una inesperada voluntad de colaboración entre socialistas y democristianos. Tanto los unos como los otros han insistido en el carácter meramente técnico del pacto, pero el propio líder del grupo democristiano, Egon Klepsch, reconocía que esta colaboración "es el mejor camino para contribuir a la puesta en pie del mercado único y para fortalecer el papel del Parlamento".Alentado por la victoria de la izquierda, sobre todo de los laboristas británicos, en los comicios europeos de junio, el nuevo presidente del Grupo Socialista, el francés Jean Pierre Cot, examinó al parecer, la posibilidad de formar una "mayoría del progreso" con comunistas y verdes, pero las divisiones de los primeros y la versatilidad de los segundos le incitó a renunciar a su proyecto.

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El acuerdo, finalmente confirmado, con los democristianos estipula que durante la primera mitad de la legislatura europea los socialistas ostentarán la presidencia de la Asamblea de Estrasburgo gracias al apoyo de los hombres de Klepsch y, a partir de enero de 1992, se invertirán los papeles. El ex ministro belga de Asuntos Exteriores Leo Tindemans espera poder sustituir entonces al ex titular de Transportes de Felipe González.

Mayoría absoluta

Más allá de la elección presidencial, el procedimiento de cooperación entre el Consejo de Ministros de la CE y el Parlamento previsto por el Acta única requiere, para sacar adelante determinados proyectos, mayorías parlamentarias absolutas que con un total de 301 eurodiputados sobre 518 -180 socialistas y 121 democristianos- los dos grandes grupos reúnen holgadamente.La cooperación entre los dos pilares del Europarlamento ha resultado facilitada por la negativa democristiana a acoger en sus filas a los conservadores británicos que, tras su separación del Partido Popular español, sólo han encontrado unos socios daneses para formar grupo.

El desembarco de los quince parlamentarios populares en el grupo de Klepsch ha incitado a Jon Gangoiti, del PNV, a renunciar a afiliarse al grupo democristiano, al que sí seguirá, en cambio, perteneciendo su correligionaria catalana del Opus Dei Concepció Ferrer, de Unió Democrática de Catalunya. En vísperas del pleno Gangoiti no había todavía optado por un grupo.

Los liberales

El buen entendimiento entre socialistas y democristianos contrasta con las divergencias de los grupos situados a su izquierda y a su derecha. Con 49 miembros, los liberales se convierten, gracias en parte a la incorporación del CDS español, en la tercera fuerza de la Asamblea, pero este crecimiento numérico no ha apaciguado sus divisiones internas.A pesar de las reticencias de sus correligionarios españoles y portugueses, el ex jefe de Estado francés Valéry Giscard d'Estaing ha conseguido desbancar de la presidencia del grupo a su compatriota Simone Veil, pero, al parecer, por poco tiempo. A cambio del apoyo de sus correligionarios lusos, VGE -como le nombra por sus iniciales la Prensa gala- acepta permanecer en el puesto hasta tan sólo principios del año próximo. Entonces cederá el cargo a un portugués.

En la otra punta del abanico político, la izquierda no socialista está hecha añicos. Por primera vez en la historia de la Asamblea, el grupo comunista va a dejar de existir porque los 22 italianos, secundados por los cuatro españoles de Izquierda Unida (IU) y un danés, quieren perder de vista a los franceses.

En torno a los siete franceses se reagruparán tres portugueses y cuatro griegos, pero estos últimos podrían, sin embargo, pasarse pronto al grupo ítalo-español de euroizquierda, que también ha cursado discretas invitaciones a J. M. Bandrés para que se apunte a sus filas.

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