Suiza entrega a Kashogui a Estados Unidos

El multimillonario traficante de armas saudí Adnan Kashogui fue entregado ayer a Estados Unidos por la justicia de Suiza, país en el que se encontraba encarcelado desde el 18 de abril. El magnate, que viajó en primera clase, fue trasladado, nada más llegar a Nueva York, al juzgado federal que instruye su caso para ser interrogado. Kashogui, sonriente y esposado, no quiso hacer declaraciones a los numerosos periodistas que le aguardaban en el aeropuerto.

El traficante fue detenido en Berna a petición de las autoridades estadounidenses, que le acusan de fraude en beneficio del ex presidente filipino Ferdinand Marcos, que en estos momentos se halla luchando contra la muerte en un centro hospitalario de Honolulu (Hawai). Un diplomático norteamericano ha declarado que "es un pez pequeño para pescar a otros más grandes".Dos policías suizos vestidos de paisano acompañaron a Kashogui en el vuelo de la compañía Swissair, curiosamente su aerolínea preferida.

Fuentes judiciales suizas han declarado que "Kashogui tuvo 30 días para apelar contra la extradición solicitada desde EE UU, pero que aceptó volar a Nueva York sin hacer uso de su derecho a la apelación". Esta vez, no fue recibido por una limusina ni se dirigió a uno de sus lujosos apartamentos en Park Avenue. Le esperaba un coche oficial y la justicia estadounidense con un largo pliego de acusaciones, entre las que destacan sus gestiones para ayudar a Marcos y su esposa Imelda a adquirir bienes inmobiliarios con dinero ajeno y en la venta de piezas de arte procedentes del Museo de Arte de Manila, propiedad del pueblo filipino.

Las autoridades tampoco olvidan que Kashogui es un traficante de armas algunos de cuyos clientes han puesto en serio peligro la seguridad de ciudadanos norteamericanos. El multimillonario árabe, de 53 años, intervino también en el caso del Irangate y sus conexiones en EE UU son muy altas. Ésta es quizás una de las razones por las que ha aceptado la extradición.

Anoche se desconocía el destino final del detenido a su salida del interrogatorio en el Tribunal Federal de Manhattan, donde un juez debía decidir si le enviaba a prisión o le concedía la libertad provisional. Un equipo de abogados intentaba que el multimillonario eludiese la cárcel, aunque todo parecía indicar que este verano no podrá asistir a ninguna de las fiestas de Marbella.

Durante sus 13 semanas de encarcelamiento en Suiza, Kashogui vivió como cualquier otro recluso de la cárcel del distrito de Berna, a excepción de su régimen alimenticio. El multimillonario recibía cestas de comida procedentes de los mejores hoteles de la capital suiza, lo que le permitió observar la severísima dieta que estaba siguiendo cuando llegó a Suiza para someterse a una limpieza de células y un tratamiento de rejuvenecimiento.

Durante su estancia en prisión, limpió su celda a diario y dedicó la mayor parte de su tiempo a ver la televisión. Fuentes penitenciarias suizas le han considerado "un interno modelo" y la policía siempre recordará que, cuando fue detenido en su lujosísima suite del Schweizerhof, la mañana del 18 de abril, actuó friamente e incluso ofreció zumo de naranja y café a los agentes.