Ortega: "La revolución sandinista es irreversible"
Un gran acto partidista con el que se abre de hecho la campaña electoral en Nicaragua sirvió al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) para celebrar ayer el décimo aniversario de la revolución que derrocó al dictador Anastasio Somoza y abrió paso a un régimen que se autodefine como "de orientación socialista" y que, según afirmó el presidente Daniel Ortega, tiene carácter "irreversible".
La, plaza Carlos Fonseca Amador, en honor del fundador del FSLN, estaba llena desde primeras horas de la mañana con una multitud que fuentes oficiales calculan en unas 250.000 personas. Se trató de repetir las escenas de emoción espontánea que se dieron el 20 de julio de 1979, cuando los nueve comandantes revolucionarios entraron triunfantes en Managua.Como en aquella fecha, miles de jóvenes caminaron durante horas con banderas del FSLN y cintas rojinegras en la frente. También los nueve miembros de la dirección del Frente llevaban atados al cuello pañuelos con los colores sandinistas e iban vestidos, como 10 años atrás, con el uniforme verde oliva de combatiente revolucionario.
Tradicionales canciones de lucha, rememoranza de otros movimientos revolucionarios en el mundo, todo un gran esfuerzo para el rescate de la épica guerrillera, hicieron los dirigentes sandinistas en esta celebración, con el fin de recuperar parte del apoyo popular perdido después de 10 años de una guerra sangrienta y una brutal crisis económica.
Ésta es la principal preocupación del FSLN en este décimo aniversario, y así quedó demostrado en el discurso del presidente Daniel Ortega, que estuvo dedicado en buena parte, a difundir lo que sin duda será el lema principal de la campaña sandinista para las elecciones presidenciales, del próximo mes de febrero: "Uno no es ninguno", en alusión a las siglas de la Unidad Nacional Opositora, que agrupa a los principales partidos de la oposición política".
Antes de la intervención del presidente, el presentador del acto había ya animado a los manifestantes a corear consignas partidistas: "En febrero y en cualquier fecha aplastaremos a la derecha". Daniel Ortega advirtió después a la oposición, "al imperialismo y al capitalismo" que no se hagan ilusiones, que "nunca derrotarán" al Frente. "La revolución es irreversible, pese a que haya críticas al proceso revolucionario", aseguró el líder nicaragüense.
Elecciones limpias
Ortega manifestó que el 25 de febrero el pueblo tendrá que elegir "entre la revolución y la contrarrevolución, entre el imperialismo y Nicaragua, entre somozismo y sandinismo". Aseguró que las elecciones serán "limpias y honestas", y que en ningún caso serán suspendidas o retrasadas, a pesar de las quejas presentadas por algunos partidos políticos contra la legislación electoral.A falta de suficientes argumentos acumulados a lo largo de estos 10 años de Gobierno, durante los que, según reconocen los propios sandinistas, los nicaragüenses no han conseguido vivir mejor, el régimen ha tratado de desempolvar la leyenda y el pasado para ganar las elecciones de febrero.
La televisión ha recordado las escenas en las que los jóvenes guerrilleros conseguían derrotar al ejército del dictador. El diario oficial Barricada anuncia en primera página: "Diez años de cambios y victorias, y vienen días mejores".
También Daniel Ortega prometió en un discurso electoralista que "vendrán días mejores". Solicitó el respaldo público de los asistentes al FSLN, culpó al Gobierno de Estados Unidos por el hecho de no haber podido avanzar en la reconstrucción de Nicaragua y pidió a gritos "que los yanquis dejen de joder".
Ortega no es ya aquel joven melenudo al que apenas le salía la voz del cuerpo cuando habló hace 10 años, sino el líder indiscutible del FSLN y el candidato seguro a la reelección. Apeló en su mensaje a los sentimientos religiosos de la población. Dijo que "donde está el pueblo está Dios", y se refirió respetuosamente al cardenal Miguel Obando y Bravo.
Daniel Ortega mencionó las dificultades encontradas a lo largo de este proceso -15.000 millones de dólares de pérdidas en una guerra que ha costado 50.000 vidas- y destacó el valor histórico de esta revolución. Dijo que ha sido "la punta de lanza de la apertura democrática en Centroamérica".
El presidente nicaragüense anunció que acudirá a la próxima cumbre centroamericana en Honduras con la firma decisión de que se cumpla el acuerdo que obliga a la desmovilización de la contra.
Aseguró Ortega que Nicaragua no quiere guerra con Honduras, pero insistió en que el territorio del país vecino no puede seguir siendo albergue de los grupos armados antisandinistas.
Oferta a EE UU
Ortega hizo una nueva oferta de negociación a la Administración de George Bush. "Estamos listos al diálogo con Estados Unidos", dijo. Un primer contacto entre los dos Gobiernos se llevó a cabo por sorpresa y en secreto en Buenos Aires durante la reciente toma de posesión del presidente Carlos Saúl Menem. Fuentes oficiales han confirmado que se reunieron en la capital argentina el secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, Bernard Aronson, y el vicecanciller nicaragüense, Víctor Hugo Tinoco.Terminado el discurso -con un poema, como corresponde a la vocación de este proceso-, los nueve comandantes se fundieron en un abrazo. "Nueve contra UNO", había dicho antes Ortega.
En este décimo aniversario la propaganda oficial ha dado, sin embargo, relevancia especial al general Umberto Ortega, ministro de Defensa, a quien se ha atribuido todo el mérito de la ofensiva final contra la dictadura y a quien se ha confirmado como el número dos.
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