Vivir en guerra
Mujeres casadas con libaneses de todas las confesiones religiosas y los hijos de estos matrimonios constituyen desde el comienzo de las guerras civiles el grueso de la colonia española en Beirut. Como Líbano, la colonia española quedó dividida en Este y Oeste, cristianos y musulmanes.Lo más doloroso para la colonia en Beirut era la imposibilidad de hablar por teléfono con España. La única vía de comunicación entre la colonia española y la patria quedó reducida a la valija diplomática de la Embajada. Las cartas llegaban con dos, tres, cuatro semanas de atraso, porque la valija seguía un tortuoso camino que arrancaba en Beirut Este, cruzaba las montañas, llegaba al Valle de la Bekaa, entraba en Siria y subía a un avión en Damasco, de donde viajaba a Madrid.
Las calamidades de la guerra complicaban las gestiones administrativas. Así los certificados de matrimonio de las españolas, de nacimiento de sus hijos y de adopción por parte de éstos de la nacionalidad española, no llegaban en ocasiones al Registro Civil Central de Madrid. Algunos hijos de españolas se encuentran ahora en la imposibilidad de obtener su Documento Nacional de Identidad.
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