Un monumento reconstruido
La versión que todos conocemos de Lawrence de Arabia, que ganó siete oscars de la Academia de Hollywood y en su tiempo alcanzó enorme audiencia, tiene una duración de 187 minutos. La versión ahora reconstruida y que alcanza casi en su totalidad el metraje original del filme tiene 35 minutos más.La versión integral fue vista por muy poco público en su estreno en diciembre de 1962. Ahora, tras un largo y minucioso trabajo de búsqueda de latas de negativos y de contratipado de trozos enteros arrancados de las primeras copias y de desechos de algunas, los técnicos especialistas Robert A. Harris y Jim Painten, asesorados en la fase final por el director del filme, David Lean, han puesto a nuestra disposición una versión que se ajusta casi en su totalidad al filme original. Su trabajo no tiene precio.
Lawrence de Arabia
Dirección: David Lean. Guión: Robert Bolt. Fotografia: F. A Young. Música: Maurice Jarre. Producción: Sam Spiegel. Estados Unidos y Reino Unido, 1962. Intérpretes: Peter O'Toole, Alec Guinness, Jack Hawkins, José Ferrer, Anthony Quinn. Copia integral en 70 milímetros. Estreno en Madrid: cine Palafox.
El cine rescata ahora uno desus monumentos modernos. No nos pareció cuando lo vimos Lawrence de Arabia un filme genial. Era brillante, muy brillante, como casi todo lo que sale de las manos de David Lean, pero con más ornamento que médula: una superproducción con muchas calidades, pero también con servidumbres derivadas de su alto presupuesto. Resultó un excelente filme de aventuras, pero una muy discutible averiguación en la vida y la personalidad de uno de los hombres más intrincados y enigmáticos de la historia reciente, T. E Lawrence, del que Winston Churchill dijo: "Es uno de los más grandes seres vivos de nuestro tiempo".La enorme complejidad de la aventura personal del autor de Los siete pilares de la sabiduría quedó a grandes rasgos bien reflejada en el filme. La versión restaurada contribuye a remediar graves carencias de la versión mutilada, sobre todo en lo que se refiere a las claves políticas sobre las que se movió Lawrence, que allí eran confusas y ahora resultan más inteligibles.
La película gana mucho en éste y en otros aspectos, pero en lo esencial su reparto de calidades no se modifica. Lo mejor del filme sigue siendo su trepidante aventura (con escenas deacción de extraordinaria fuerza visual, como la aparición de un punto negro en el desierto que, dentro de una audaz y larguísima toma, va creciendo y creciendo, hasta crear una tensión emocional que deja al espectador boquiabierto), y lo peor, la indagación en el interior de Lawrence, en el que tanto Lean como O'Toole se quedan a las puertas del enigma, trabajando en sus alrededores con gran sabiduría y brillantez, pero sin que su inteligencia logre traspasarlas. Las tres horas y media largas del filme se devoran, pero al final dejan un paradójico sabor a poco: se podía haber llegado más lejos.
Babelia
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