Tres norteamericanos sospechosos
Todavía no se sabe a ciencia cierta cómo fue depositada la bomba a bordo del Pan Am 103. Quien lo hiciera partió de Francfort, cambió de avión en el aeropuerto de Heathrow (Londres) y se dirigió al aeropuerto internacional John Kennedy, en Nueva York.La sospecha se centró en tres pasajeros: dos estudiantes universitarios norteamericanos que volvían de estudiar en Viena, cuyos amigos árabes podían haberles dado un regalo para llevarlo a casa, y Khalid Jaafar, un ciudadano también de nacionalidad estadounidense de 21 años, de la localidad de Dearborn (Michigan), que regresaba a casa después de una de las diversas visitas a su Líbano natal.
De acuerdo con los investigadores, este tercer pasajero podía haber sido un mulo -un correo de droga- que transportaba de contrabando heroína del valle de la Bekaa. La hipótesis es que en este viaje Jafaar llevaba inconscientemente una bomba en lugar de las habituales drogas.
Tan pronto como el técnico se aseguró de que la bomba estaba montada y de que el paquete estaba en camino hacia el reactor comercial, él y el seductor dejaron la República Federal de Alemania, uno hacia Llbia y el otro hacia Argelia.
Cuatro días antes de Navidad, el vuelo 103 de Pan Am, un jumbo con 259 pasajeros y su tripulación, despegó del aeropuerto de Heathrow. El Boeing 747 alcanzó su altura de crucero, cerca de 10.000 metros, sobre Escocia y entonces estalló.
El cuerpo principal del aeroplano se estrelló sobre el pueblo de Lockerbie. Sus depósitos de combustible, casi repletos, es tallaron como consecuencia del impacto, causando la muerte de 11 personas que se encontraban viendo la televisión o durmiendo en sus casas completamente ajenas a la tragedia.
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