Vargas Llosa ratifica la retirada de su candidatura a la presidencia de Perú
ENVIADO ESPECIAL
El escritor Mario Vargas Llosa, que renunció anteayer a su candidatura a la presidencia de Perú, al frente de la opción electoral del Frente Democrático, vive con su entorno la convicción de que esta inesperada decisión es irrevocable. Vargas Llosa proclamó su renuncia en una carta dirigida a sus compañeros de coalición, y ayer se ratificó en los extremos de ésta y manifestó su deseo de no ir más allá en el análisis de las razones que le han llevado a abandonar la carrera para suceder a Alan García.
Vargas Llosa ha renunciado a la candidatura presidencial desolado ante las luchas intestinas del Frente Democrático que él mismo lideraba, con la convicción de que ese desacuerdo entre los dirigentes del Frente restaba fuerza moral y política a su eventual postulación electoral.
El escritor, algo cansado de un largo viaje intercontinental, llegó ayer a mediodía al aeropuerto de Roma para recibir hoy un premio literario en la localidad montañosa de Scanno, en la región de L'Aquila. El autor de La ciudad y los perros no quiere hablar lejos de Perú de las razones de su renuncia ni de la situación interna peruana porque estima que lo que allí ocurre es tan delicado que cualquier afirmación suya en el extranjero puede servir para empeorar las cosas. Según él, se ha impuesto "una regla de silencio" que no piensa romper por respeto a un pueblo que ya ha renunciado a presidir. Llegó a Roma acompañado de su esposa, Patricia, y fue recibido por quienes ahora parecen sus huérfanos: dos dirigentes del Movimiento Libertad, Miguel Vega Aldear, y Luis Bustamente, que se hallaban en Europa para divulgar los planes de Vargas Llosa y que ahora parecen hallarse sin objetivo.
Resignación
En el entorno familiar de Vargas Llosa, la renuncia del escritor a la candidatura presidencial de su país ha sido recibida con la resignación con que se acoge lo inevitable. Además, la reacción popular ante su decisión ha añadido, por lo que se puede apreciar, ribetes dramáticos al hecho: las manifestaciones de lamento por la renuncia frente a la casa del autor de La ciudad y los perros, decía ayer Patricia Vargas Llosa, parecían similares a las que se producen cuando uno inicia un largo exilio.Los huérfanos del líder del Movimiento Libertad eran menos pasionales en su análisis, pero igualmente quejumbrosos. A la pregunta de si la renuncia de Mario Vargas Llosa habrá contentado a alguno de los constituyentes del Frente Democrático, uno de ellos se encogió de hombros e hizo esta pregunta a su vez: "Quién sabe".
La carta de renuncia de Vargas Llosa, muy dolido con las luchas intestinas del Frente que lideraba, está dirigida al ex presidente Fernando Belaúnde Terry y a Luis Bedoya. De momento, el autor de El hablador no quiere decir nada más. Así que la misiva es, en ese sentido, el testamento del candidato.
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