"Domenico, ven a cantarle a mi chica"
Modugno actúa hoy por primera vez tras cinco años de ausencia de los escenarios
Domenico Modugno es tal vez el hombre que más veces ha renacido de sus propias cenizas. Su aparición y desaparición de los escenarios semejaba a la de un mago que logra, en el retorno, superarse en su nueva actuación. Una trombosis cerebral, sufrida hace ahora cinco años, estuvo a punto de quebrar su malabarismo escénico. Pero Modugno, el mago, consiguió mantener el equilibrio y la balanza se inclinó a su favor y también al nuestro. Una gran fuerza de voluntad le devolvió el habla y el movimiento. Esta noche cantará en Valencia, en el marco de la novena Trobada de Música del Mediterrani.
A Modugno, de aquella batalla con el demonio de la enfermedad, le queda un paso lento y pausado que lleva con gran dignidad y acompaña con un precioso bastón. En su última resurrección presenta un aspecto impresionante. Elegante y educado, este hombre de 61 años de edad, que nació en Polignano a Mare (Bari, Puglie), diputado del Partido Radical Italiano (PRI), es la voz y también la letra de las más bellas canciones que ha dado Italia.Su canción Volare nació como una respuesta al estímulo que le proporcionaban las pinturas de Marc Chagal. El viejo frac surgió con una pregunta. "Todavía no tengo la respuesta", dice Domenico Modugno, "ni creo que la obtenga. ¿Qué causa puede conducir a un príncipe siciliano joven, guapo, rico y casado con Oiga Villi, una de las mujeres más elegantes y bellas de aquella época, -años cincuenta-, a suicidarse tirándose por una de las ventanas de su casa?"
Dio come ti amo representa la necesidad permanente de amar y ser amada. "He cantado siempre este sentimiento. ¿Qué es la canción popular si no un canto al amor. Era lo que los trovadores recitaban a sus amadas". Y es que Modugno no olvida que antes que nada él fue juglar apasionado. A los 14 años, con un acordeón y una canción llamada Bésame mucho, acechaba los balcones de la mujer de la que se sentía enamorado. Sus serenatas se hicieron tan famosas entre sus amigos que le suplicaban: "Domenico, ven también a cantarle a mi chica". Y alguna vez, la chica del amigo, impresionada por la voz de un donjuán adolescente, prefirió antes el mensajero que al emisario.
Volare fue cantada en el 322 Congreso del Partido Radical. Se emocionó, pero sólo un poco. "Llevo toda una vida escuchando cómo la gente la canta conmigo. Es un texto que ya no me pertenece". Sin embargo, la primera vez, en el Festival de San Remo de 1.958, donde obtuvo el máximo galardón, sintió como si se elevará. "Los pies ya no reposaban sobre el escenario", explica. "Mire, aquel festival era una cosa muy seria. Los cantantes musitaban con el micrófono en una mano. Aquel público circunspecto la entonó conmigo, formando un inmenso coro. Fue magnífico y emocionante".
Para los psicoanalistas soñar que se vuela significa hacer el amor. Y Modugno admite que sueña mucho que vuela y vuela. "Y tengo", observa con sentido del humor, "la inmensa suerte que cuando me despierto, cuando vuelvo a la realidad, no estoy en la calle, sino en la cama. Y esto es ser afortunado ¿no le parece?"
El mar maravilloso
Tuvo gente que estuvo a su lado ayudándole a superar su difícil enfermedad. Pero de nuevo una canción que parecía hecha a propósito para él, y que Modugno había compuesto lustros atrás, le dio un motivo para seguir viviendo. "Se llama Meraviglioso, en ella un hombre no desea vivir y un ángel que le coge de la chaqueta le dice: ¿cómo que no hay nada que no tenga sentido? Nada te parece el sol, nada es tampoco una mujer que sólo te ama a ti o el abrazo de un amigo y además", pausa de Modugno, "alguien ha inventado la cosa más maravillosa del mundo, el mar" Porque fue esa balsa finita y sala da la que aceleró su proceso de recuperación. Le apasiona tanto el mar que se aferró al deseo de volver a él."En la tierra me siento como un hombre al que unos perros se han enganchado a su pierna, me muerden y me impiden caminar. Cuando nado no pierdo el equilibrio y soy muy feliz". Y en ese mar donde el fantasma del abrazo canino desaparece, Modugno permanece dos horas, como mínimo, envolviéndose en el agua. "Mi mujer", continua, "tiene miedo de que me ponga enfermo después de tanto rato nadando, pero me siento bien, muy bien".
Encantado de estar en España, después de casi veinte años de ausencia, encuentra que la Trobada de Música del Mediterrani es una iniciativa cultural muy interesante. "He leído el programa y hay una cantante siciliana que admiro mucho, Rosa Balistreri. Lo hace muy bien y además es una mujer preciosa y exhuberante. y esto me gusta. No es verdad que sólo sean bonitas las mujeres delgadas".
Ahora el autor de tantas y tantas canciones se lanza directo a la estadística. "Al 89% de los hombres de todo el mundo, incluidos los anglosajones", matiza, "nos gustan las mujeres robustas, no obesas, pero sí robustas".
Mujeres llenitas sí. Nuevo emblema del Partido Radical, no. "El antiguo emblema del puño y la rosa me gustaba mucho, pero el de Ghandi con las letras en todos los idiomas adscritos al Partido Radical me recuerda la cabeza de un muerto al que le rodean las hormigas. No, no y no", reitera, "prefiero el puño y la rosa".
Hace tiempo que no escribe, pero ha quedado como una leve promesa en el aire que lo volverá a hacer. "Escribir, ¡claro que estoy pensando en hacerlo!, pero para mí es algo tan natural como hacer el amor. Si uno no tiene ganas, no sucede nada, absolutamente nada. El amor y la escritura nunca deben ser actos forzados".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.