Frente a la Europa de los Estados

, Los programas de la Coalición Nacionalista, encabezada por el Partido Nacionalista Vasco (PNV), y de la coalición Por la Europa de los Pueblos, que lidera Eusko Alkartasuna (EA), conceden gran importancia y amplio espacio a la presencia de nacionalidades y regiones en la construcción comunitaria y a la relación directa de las instituciones autonómicas con los poderes de Bruselas. Ambos defienden el carácter constituyente de la próxima legislatura y la circunscripción electoral autonómica.

En general, las propuestas del segundo son más detalladas y su tono es más analítico y crítico hacia la realidad comunitaria. El primero insiste más en lo que el Gobierno y los ciudadanos vascos debieran hacer frente al reto europeo.

El PNV reivindica el derecho de autodeterminación, pero descarta a medio plazo la unificación política de todos los territorios vascos y no considera llegado el momento de que éstos se autodeterminen "en un acto único de pública decisión". En con secuencia, opta por recabar para las instituciones de Euskadi "todos los poderes que en su día sean atribución de los Estados y no de Bruselas".

Propugna el fortalecimiento del eje atlántico de comunicación y desarrollo y elogia el plan de inversiones en infraestructura Europa 93, recientemente aprobado por el Ejecutivo vasco, como un esfuerzo necesario destinado a preparar a Euskadi ante el mercado único.

Las propuestas económicas son más vagas y consisten, según el programa, en "un plan común europeo" por el empleo y una "lenta superación de la compartimentalización del derecho administrativo del trabajo de los distintos Estados".

Más OTAN y UEO

El PNV se pronuncia por el reforzamiento de la Unión Europea Occidental (UEO) como vía para la afirmación de la personalidad comunitaria en la OTAN y la asunción de mayores responsabilidades en la defensa del ámbito atlántico, y por la reducción en un 50% del armamento nuclear estratégico soviético y norteamericano.

Por su parte, EA y la coalición Por la Europa de los Pueblos reclaman el reconocimiento del derecho de libre determinación dentro de la unión política europea y critican la merma de autonomía derivada de la adhesión española a la Comunidad. Proponen para romper el monopolio del protagonismo de los Estados una segunda Cámara de nacionalidades y regiones y el reconocimiento de éstas como sujetos políticos comunitarios. Subrayan la necesidad de transformar el área de mercado único en espacio social común y de una acción comunitaria para corregir los desequilibrios regionales.

Piden la reforma del Tratado de Roma hasta homologar el Parlamento y la Comisión (Ejecutivo) en un sentido democrático, paralelamente a la supresión progresiva del Consejo de Ministros de los 12 Estados.

La coalición y EA se declaran partidarios de la "destrucción de las armas nucleares" sin limitaciones y de una reducción de las armas convencionales. Se pronuncian también por la paralización de todo nuevo proyecto nuclear energético o de uso civil en el área de los doce.